UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL
“RAFAEL MARÍA BARALT”
VICERRECTORADO ACADÉMICO
PROGRAMA POSTGRADO
MAESTRÍA: DOCENCIA PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR








COMPETENCIAS LABORALES DEL DOCENTE UNIVERSITARIO VENEZOLANO EN EL MARCO DEL SIGLO XXI

Trabajo de investigación para optar al grado de Magister Scientiarum en Docencia para la Educación Superior








         Autor: Lcda. Lisbeth Lara
Tutor: Dr. Aleida Quero




Bachaquero,  mayo 2016
ÍNDICE GENERAL


PP
ACTA VEREDICTO.
LISTA DE MATRICES
RESUMEN
INTRODUCCIÓN

MOMENTO
I CONTEXTO EMPÍRICO
Propósitos de la investigación
Propósito general
Propósitos específicos
Pertinencia de la investigación
Delimitación del entorno

II CONTEXTO TEÓRICO
Antecedentes
Bases teóricas

III ORIENTACIONES METODOLÓGICAS
Fundamento onto-epistemológico
Informantes
Técnicas e instrumentos para recabar información
Procedimiento
Análisis de contenido
Proceso de teorización
Triangulación
Validez del constructo generado a partir del desarrollo de la
Investigación

IV HALLAZGOS
El primer significado
Aspectos esenciales
Conocimiento sobre competencias
Referentes sociales

V CATEGORÍAS EMERGENTES QUE ORIENTEN LAS
    COMPETENCIAS LABORALES DEL DOCENTE UNIVERSITARIO
    VENEZOLANO DEL SIGLO XXI
Competencia académica
Competencia investigativa
Competencia tecnológica
Rasgos personales

VI ASPECTOS CONCLUSIVOS
RECOMENDACIONES

BIBLIOGRAFÍA
ANEXOS
































LISTA DE MATRICES

Matrices
pp

1  Organización y categorización de la información
2  Organización del contenido de las categorías de
    análisis
3  Significado de las competencias laborales para los docentes
   universitarios en el ejercicio de sus funciones
4  Resumen Aspectos esenciales
5  Conocimientos que poseen los docentes universitarios sobre las
    laborales en el marco del siglo XXI
6  Referentes sociales de las competencias laborales en el
    ejercicio de la función docente universitaria
























ÍNDICE DE GRÁFICOS

Gráfico
pp.

1  Significado de las competencias laborales
2  Conocimientos que poseen los docentes universitarios sobre las
    competencias laborales en el marco del siglo XXI
3  Referentes sociales de las competencias laborales del docente
    universitario































Autor: Lara, L. Tutor: González, L. COMPETENCIAS LABORALES DEL DOCENTE UNIVERSITARIO VENEZOLANO EN EL MARCO DEL SIGLO XXI. Trabajo de Grado. Maestría Docencia para la Educación Superior. Universidad Nacional Experimental Rafael María Baralt. Cabimas, 2015

RESUMEN
Esta investigación tiene como propósito generar desde la perspectiva fenomenológica una aproximación teórica sobre  las competencias laborales del docente universitario venezolano en el marco del siglo XXI para lo cual se partió de la realidad de los docentes que laboran en la Universidad Nacional Experimental Rafael María Baralt sede Mene Grande. Para su orientación metodológica, se siguió un estudio cualitativo, fenomenológico, hermenéutico para cuya ejecución se seleccionaron seis informantes claves, a quienes se entrevistó para recolectar la información pertinente a los propósitos de investigación formulados. La información recolectada fue categorizada y dimensionada, para obtener los elementos emergentes que permitieron señalar el significado, conocimientos, referentes sociales de  las competencias laborales del docente en el marco del siglo XXI. Los aspectos conclusivos señalaron que las competencias laborales engloban aspectos conceptuales, procedimentales, actitudinales haciendo referencia a la preparación y formación que requieren no sólo como mediadores de un área de conocimiento específica sino también de las necesarias destrezas para actuar como tal. Se recomendó realizar un autodiagnóstico con el propósito de descubrir  y desarrollar el  talento y habilidades especiales que  posee, buscando el fortalecimiento de aquellas donde considere existen debilidades para optimizar su praxis en beneficio no sólo de los estudiantes sino de la sociedad venezolana.

Palabras Clave: Competencias laborales,  docente, educación universitaria.




INTRODUCCIÓN

Las competencias se conciben como una metodología en la cual se pondera el saber hacer, visto no desde un enfoque conductista que se limita al desarrollo de acciones o tareas, que tengan una evidencia medible, cuantificable, observable, sino que tiene su fundamento en los principios constructivistas y del aprendizaje significativo; no es el hacer por hacer, o conocer simplemente como acumulación de saberes. Es un saber hacer en la práctica, pero motivado en un aprendizaje significativo que se transfiere a situaciones de la vida real y que implica la resolución de problemas en la práctica.
Este enfoque se comienza a considerar en la educación universitaria a partir de 1998, cuando la UNESCO en su declaración mundial sobre la educación en siglo XXI, señala la necesidad de formar profesionales competentes para el ejercicio profesional ético, pertinente, responsable. A nivel laboral, las competencias se encuentran particularmente inscritas en áreas laborales delimitadas. El origen, naturaleza,  finalidad de éstas están explícitamente vinculados con los procesos de trabajo. Son conocimientos, habilidades, actitudes que afectan el desempeño técnico-profesional de las personas que se traducen en saberes e incluyen el saber conocer, hacer y ser.
En el caso específico de los docentes a nivel universitario se vinculan con las funciones de docencia, investigación y extensión, contemplando no sólo conocimientos y el modo de transmitirlos a los estudiantes, sino también aspectos éticos, comunicativos, culturales, tecnológicos, en correspondencia con las demandas que se realizan a este nivel educativo.
Para el desarrollo del contenido de este proyecto de investigación se contemplaron tres momentos, cuyo contenido hace referencia a los siguientes aspectos: Momento I, Contexto Empírico en el cual se contextualiza y formula el problema de investigación, se establecen los objetivos del estudio,  y se justifica su desarrollo desde los puntos de vista: teórico, metodológico, humano y social.
Momento II Contexto Teórico, incluye en su contenido los antecedentes y las bases conceptuales que sustentaron el desarrollo de la investigación.
Momento III conformado por el Contexto Metodológico, en el cual se realiza la descripción de los aspectos metodológicos que guiarán el desarrollo del estudio  entre las cuales se consideraron los siguientes aspectos: fundamento ontoepistemológico, método de la investigación, informantes, técnicas e instrumentos para recabar la información, procedimiento, categorización, triangulación, fiabilidad, análisis del discurso, validación del constructo.
En el Momento IV, presento los hallazgos relacionados con el primer significado, aspectos esenciales, conocimiento sobre competencias, referentes sociales,  el Momento V  referido a las categorías de análisis que orienten las competencias laborales del docente universitario del siglo XXI, el Momento VI, relacionado con los aspectos conclusivos. Además, contiene recomendaciones, referencias bibliográficas consultadas durante el proceso investigativo.




CONTEXTO EMPÍRICO

Con los cambios suscitados en las organizaciones a todo nivel incluso educativo, se ha dejado de considerar a las personas que laboran en ellas  únicamente como la mano de obra necesaria para el alcance de los objetivos, pasando a ser el principal activo en el cual se sustenta la gestión de cualquier organismo público o privado.
En el contexto universitario actual se encuentran presentes una serie de situaciones que ameritan su análisis y discusión desde la perspectiva investigativa, entre ellas se encuentra la acción docente y dentro de ésta las competencias que deben demostrar éstos en el ejercicio de sus funciones.  Tales competencias deben ir en la actualidad más allá de lo meramente académico para asumir un redimensionamiento en correspondencia con la realidad política, social, económica que se evidencia en el siglo XXI, en la cual aunado a la predominancia del conocimiento, de la información, se suma la necesidad de adaptarse con flexibilidad al cambio como constante.
En este sentido, señala Vossio (2012:91)  más que hablar de recurso humano se comienza a utilizar con mayor frecuencia el término talento humano por cuanto son “los conocimientos, habilidades,  destrezas y actitudes, los insumos necesarios para el alcance de los propósitos establecidos”; cada día se requiere más de personas con los perfiles requeridos para contribuir a optimizar la gestión,  innovar, afrontar retos, con flexibilidad a los cambios que permitan a las organizaciones redimensionarse para adaptarse a los retos a los cuales deben enfrentarse.
En función de tales demandas, las competencias  docentes enfatizan en la capacidad de desenvolvimiento del educador, sustentadas en la formación recibida, la cual según Cocca (2003)  le debe permitir tener un conocimiento aplicado y cambiante, donde la capacidad de aprender, pero sobre todo la de desaprender (desligándose del conocimiento previo sobre algo) posibilite comprender, desarrollar  e intervenir en la capacidad de las organizaciones educativas para producir conocimiento y formar personas.
En este contexto, surge el enfoque de competencias el cual enfatiza en la capacidad de desenvolvimiento del trabajador, como   las condiciones que debe poseer para desempeñar el cargo que ocupa de la mejor manera posible. Todos estos elementos, acota  Cocca (2009:72), denominados competencias hacen que el ser humano, deba formarse para tener un “conocimiento aplicado y cambiante, donde la capacidad de aprender, pero sobre todo la de desaprender” (desligándose del conocimiento previo sobre algo) “permita comprender, desarrollar  e intervenir en el mundo productivo de       las       organizaciones”.


Este planteamiento del autor precitado, permite señalar  que la competencia es un aspecto importante a considerar  en el funcionamiento de una organización, pues las habilidades, destrezas, conocimientos verdaderos de las labores a desempeñar, conjuntamente con  la coexistencia y cohesión entre todos los  miembros de la misma, son el eje impulsor de la productividad permitiendo así el éxito de ésta dentro del ramo en el cual se desenvuelve. De tal modo, Mertens (2009:62) expresa:

El concepto de competencia hace referencia a la capacidad real del individuo para dominar el conjunto de tareas que configuran la función en concreto. Los cambios tecnológicos y organizativos, así como la modernización de las condiciones de vida en el trabajo, nos obligan a centrarnos más en las posibilidades del individuo, en su capacidad para movilizar y desarrollar esas posibilidades en situaciones de trabajo concretas y evolutivas, lo que nos aleja de las descripciones clásicas de puestos de trabajo.

Al respecto, cabe destacar que el desarrollo de una competencia, va más allá de la simple memorización o aplicación de conocimientos de forma instrumental en situaciones dadas. La competencia implica la comprensión, transferencia de los conocimientos a situaciones de la vida real, exige relacionar, interpretar, inferir, interpolar, inventar, aplicar, transferir los saberes a la resolución de problemas, intervenir en la realidad o actuar previendo la acción y sus contingencias. Es decir, reflexionar sobre la acción y saber actuar ante situaciones imprevistas o contingentes.
De igual forma Benavides (2008), expresa que las competencias pueden entenderse como comportamientos manifiestos en el desempeño laboral que le  permiten a una persona actuar eficazmente. Su aparición y su permanencia en el  conocimiento, el deseo y la habilidad de lograr sus objetivos, razones por las cuales  vale la pena considerar que las personas producen desempeños cualificados si  saben cómo y si pueden estimar las consecuencias de los resultados de sus acciones. Con esta afirmación se observa la integración de aspectos cognitivos y   afectivos asociados al comportamiento laboral.
Es importante señalar, que se está ante una nueva cultura que supone nuevas formas de ver y entender el mundo, ofreciendo nuevos sistemas de comunicación  interpersonal de alcance universal, presentando nuevos valores y normas de  comportamiento. Obviamente todo ello tiene una fuerte repercusión en el ámbito  educativo, la efervescente y cambiante sociedad actual, las necesidades de  formación de los ciudadanos se prolongan más allá de los primeros estudios y se  extienden a lo largo de toda su vida.
En este sentido es significativo resaltar lo expresado por Flores (2011) quien  señala que, el hombre del futuro se proyecta con un alto nivel de competencias,  considerándose el conocimiento como el principal factor de desarrollo. Por ello, la calidad de la educación con equidad debe responder oportunamente a las  exigencias de la sociedad del Siglo XXI.  Asimismo, el mundo es consciente de que el progreso humano no puede  reducirse al progreso técnico-científico y que éste último ha generado desequilibrios  sociales y ecológicos en el planeta, incluso destrucción y muerte por escaparse al  control armónico del conjunto de la sociedad interesada, sobre todo en los últimos  tiempos, en un desarrollo humano continuado y sostenible.
El enfoque por competencias, en la actualidad, representa retos importantes para la docencia y el proceso enseñanza aprendizaje, en virtud de que implica el rompimiento con prácticas, formas de ser, pensar, sentir desde una racionalidad en la que se concibe que la función de las instituciones educativas es enseñar (acumular saber),para reproducir formas de vida, cultura e ideología de la sociedad dominante, a través de un Sistema Educativo que pondera los programas de estudios cargados de contenidos y la enseñanza de la teoría sin la práctica.
Al respecto Flores (2011) señala que la educación en el sentido más amplio es el proceso mediante el cual las sociedades propician no sólo su reproducción  cultural sino su desenvolvimiento armónico, la convivencia, bienestar presente y  futuro para todos sus miembros, en la medida en que los socializa, los integra a sus  ideales, tradiciones y cosmovisión cultural; a su saber acumulado; a sus normas,  pautas de convivencia, sus expectativas y proyectos de desarrollo futuro.
Por ello, se ha considerado que el avance de la tecnología de la información  genera un cambio en el paradigma de la producción y divulgación del conocimiento;  en esto, el sistema educativo como las instituciones, tienen el compromiso de  asegurar el acceso al mismo replanteando cuáles son las competencias exigibles.  Donde el docente es el actor principal en el proceso de mejoramiento de la calidad  educativa pues es el nexo en los procesos de aprendizaje de los estudiantes y las  modificaciones en la organización institucional. Sin duda, las reformas educativas se  traducen en las escuelas o universidades y llegan al aula por medio del docente.
De esta manera, considero que las competencias redimensionan la función docente transformándola en una experiencia en la que se conjugan no sólo el saber, sino también saber hacer, ser y convivir, como vías para alcanzar la significatividad del aprendizaje, el logro de las metas establecidas en los programas educativos, en tal sentido, la educación universitaria  no es sólo vista como la obtención de conocimientos propios de una disciplina sino, va más allá, es un proceso formativo integral, en el cual la figura del docente juega un papel esencial para el alcance de los objetivos no sólo del currículo, sino también del estudiante, así como de la sociedad donde se encuentra inmerso, para desarrollar un proceso educativo no sólo pertinente, sino también eficaz y de calidad.
En tal sentido, Hernández y Hernández (2008:87) señalan que las transformaciones actuales del mundo contemporáneo en materia económica, social, política, cultural, aunado a los grandes avances de la ciencia, la tecnología “han producido un nuevo contexto socio histórico, donde la sociedad humana cada día debe asumir los nuevos retos que le impone la sociedad de la información y el conocimiento”.
Estas exigencias provocadas por esta nueva sociedad del conocimiento, de acuerdo a los autores antes mencionados,  han tocado a las universidades, así como a todos sus miembros en el mundo,  particularmente en Latinoamérica y Venezuela, llevándolas a considerar la necesidad de formularse una nueva visión, sobre el papel del docente y los retos que éste deben asumir al igual que las universidades en el siglo XXI.
En tal sentido,  el desafío a la formación  de los docentes universitarios es de alta complejidad. Los supuestos que la estructuraban en el  pasado, hoy no resultan válidos, se hace necesario fundar la calidad profesional  no en una concepción enciclopedista ni pragmática, sino de competencias. Las  nuevas características adoptadas por los campos laborales ponen en jaque la  infalibilidad y perdurabilidad del conocimiento profesional, debido a la complejización  en que se vive y que exige no sólo capacidad de adaptación, sino también, el desarrollo  de una adecuada visión social del ejercicio profesional.
Por lo tanto, expresan Hernández y Hernández (2008:89), “el papel del docente en el siglo XXI, será cada vez más complejo, por cuanto debe responder a su propia especificidad histórica cultural y a los espacios geográficos que lo rodean” en las dimensiones ética, política, cultural, económica, jurídica, de su competencia; en este sentido,  la universidad, los docentes tienen la misión de estar al servicio de los intereses del país, esto con el fin de promover cambios, desarrollo para la búsqueda del bienestar colectivo de la sociedad para ello deben priorizar su función como investigadores.
De acuerdo con lo antes señalado y en función de fijar posición personal en relación a lo expresado como contexto empírico de la investigación, además de  describir la realidad de las instituciones universitarias en las que se contextualiza la investigación, se consultó la opinión de actores implicados en la situación planteada por su experiencia profesional y por su ejercicio docente en funciones directivas en las universidades públicas y privadas   ubicadas en la Costa Oriental del Lago del Estado Zulia. 
     Al respecto, el  coordinador de doctorado de la Universidad Rafael María Baralt Profesor Ángel Nava  estableció en una entrevista realizada en Febrero de 2014 en esta institución lo siguiente: “ Las universidades exigimos cada vez más a nuestros egresados competencias mínimas en las que fundamentar sus perfiles de egreso, sin embargo, no siempre nos ponemos a reflexionar y sobre todo a actuar para generar un perfil de competencias del formador de estos estudiantes, nos centramos más en las demandas sociales que les harán a nuestros egresados en función de los perfiles establecidos para cada carrera de pregrado y para cada mención de postgrado, así como de los cambios curriculares que son necesarios para asumir esas demandas, aunado a esto consideramos las tendencias formativas a nivel mundial, así como los avances que se van dando en cada disciplina pero dejamos de lado al docente que requerimos para asumir esos cambios, no tenemos políticas de formación para ellos y la formación que reciben es porque por su propia iniciativa la emprendan”.
  Aunado a esto, estableció que los docentes de la universidad son formados cada uno en el área de contenido en la que laboran, pero que su nunca se ha establecido su perfil de competencias como parte de las necesidades a cubrir para formar con sentido de pertinencia y calidad a sus egresados.
  Por su parte, el coordinador académico de la Universidad Alonso de Ojeda Profesor Luis Salas estableció lo siguiente: ”En esta institución educativa se asume la formación de los estudiantes con base a los perfiles de egreso establecidos, se enfatiza en las competencias conceptuales y técnicas propias de cada carrera, pero se desconocen las competencias de los docentes para desarrollar esos perfiles, nos basamos en sus credenciales pero no tenemos un programa de formación ni trabajamos con el enfoque de competencias ni para la selección del personal. Nuestros docentes se forman por cuenta propia, sin embargo, reconozco que requerimos docentes con competencias para innovar, cambiar, introducir mejoras en los procesos educativos que desarrollan en sus clases, asumir el uso de la tecnología y asumir un enfoque de permanente actualización de sus conocimientos”.
Asimismo, señaló: “contamos con un buen personal docente pero realmente no establecemos la consideración de sus competencias para laborar en esta institución. Si tuviera que elegir un docente ideal para trabajar aquí diría que tiene que ser un docente abierto al cambio, innovador, capaz de autoformarse y actualizarse, responsable, que establezca una relación de cooperación con los estudiantes, dispuesto a reaprender, en permanente búsqueda de nuevas estrategias y recursos para enseñar.
     Estas  referencias  de los profesores indican que en las instituciones universitarias ubicadas en la Costa Oriental del Lago, hasta ahora se centran más que en las competencias laborales de los profesores, en las que deben adquirir sus estudiantes en el proceso de formación, las cuales se corresponden con el perfil de egreso previamente establecido; asimismo, se enfatiza en los cambios curriculares que deban ser asumidos buscando desarrollar un proceso formativo cónsono con los cambios en cada disciplina de conocimiento y con las demandas del entorno laboral, sin embargo, se descuida el hecho de que tales competencias van a ser modeladas y promovidas por los profesores quienes a su vez deberán contar con un  perfil de competencias cónsono con las demandas institucionales, curriculares y del mercado de trabajo.
    Asimismo, desde la perspectiva de la investigadora, quien también labora como docente en una de estas universidades es posible señalar que en estas instituciones realmente no se orienta la formación del personal en función de las competencias que requieren para ser docentes universitarios. En su criterio, el docente del siglo XXI no sólo debe saber enseñar o conocer la materia que dicta, sino que debe estar en un proceso de permanente actualización, asumir los cambios tecnológicos, desarrollar una relación de horizontalidad con los estudiantes, así como también asumir con flexibilidad los cambios curriculares y de contenido de las asignaturas que dicta”.
En función de esta realidad se plantean las siguientes preguntas de investigación:
¿Qué significan para los  docentes universitarios las competencias laborales en el ejercicio de sus funciones en el marco del siglo XXI?
¿Cuáles son los conocimientos que poseen estos docentes acerca  de las competencias laborales del docente en el marco del siglo XXI?
¿Cuáles son los referentes sociales de las competencias laborales en el ejercicio de la función docente universitaria?

Objetivos de la investigación

Objetivo general

Generar explicaciones teóricas que fundamenten las competencias laborales del docente universitario en el marco del siglo XXI.

Objetivos específicos

Develar el significado de las competencias laborales para los docentes universitarios en el ejercicio de sus funciones.
Describir los criterios de desempeño que poseen los docentes universitarios sobre las competencias laborales en el marco del siglo XXI.
Comprender los referentes sociales  de las competencias laborales en el ejercicio de la función docente universitaria.
Pertinencia de la investigación


Partiendo de que la competencia del docente  es el resultado de la integración, esencia, generalizada de un complejo conjunto de conocimientos, habilidades y valores profesionales, que se manifiesta a través de un desempeño profesional efectivo en la solución de los problemas de su profesión, pudiendo incluso resolver aquellos no predeterminados, se establece la pertinencia del desarrollo de la presente investigación desde diversos puntos de vista entre los cuales se consideran:
Desde el punto de vista teórico,  la aproximación del estudio puede servir de referencia para el desarrollo de otras investigaciones, así como de material de revisión para los docentes y autoridades educativas a nivel universitario que estén interesadas en la generación de elementos teóricos acerca de las competencias laborales del docente.
 A nivel práctico, sus aportes pretenden contribuir a la optimización de  la labor educativa que realizan los docentes universitarios, direccionándola hacia el desarrollo de competencias para  no sólo transmitir conocimientos sino que estos sean pertinentes y además contribuyan a proporcionar una formación integral a sus estudiantes. De esta manera, la investigación pretende ser un aporte  para las instituciones universitarias,  las cuales  pudieran considerar  los aportes de este estudio para la revisión de las competencias de su personal docente.
A nivel social, contribuye al desarrollo de la función docente en educación universitaria, por cuanto ayuda a establecer las competencias necesarias para desarrollar una gestión educativa pertinente a las demandas sociales, de conocimientos que establece el siglo XXI. Asimismo, la investigación se encuentra enmarcada en la línea de investigación liderazgo para el cambio, la transformación educativa, por cuanto se orienta a la transformación del ejercicio docente para hacerlo más humano y más cónsono con las demandas socioculturales actuales.

Delimitación del entorno

La investigación tuvo como escenario la Universidad Nacional Experimental “Rafael María Baralt” sede Mene Grande, y el tiempo de realización del estudio estuvo previsto entre enero de 2013 hasta octubre 2015. La Universidad Nacional Experimental “Rafael María Baralt” (UNERMB), nace el 15 de Marzo de 1982, por Decreto Presidencial #1435, asignándosele personalidad y patrimonio propio, con su Sede principal en Cabimas, sin embargo, es el 20 de Julio de 1982 cuando se juramentan las primeras autoridades rectorales. Su nombre hace honor al escritor, poeta e historiador zuliano, soldado de la independencia de Venezuela, Rafael María Baralt.
Pero, es el 24 de Octubre de 1983, cuando la UNERMB inicia sus actividades académico-administrativas, con una clase magistral dictada por el Presidente de la República Dr. Luis Herrera Campins. Inicialmente se abren las puertas del Programa Administración-Proyecto de Gerencia Industrial con 120 alumnos y 15 docentes. Luego, el 15 de Abril de 1984 se da paso al Programa Educación-Proyecto Matemática y Física y Educación Integral con 150 estudiantes; más tarde el 04 de Octubre de 1988 se inicia el Programa de Ingeniería y Tecnología-Proyecto Ingeniería de Mantenimiento Mecánico, ofertada en la sede del Municipio Lagunillas con 100 estudiantes.
La Universidad Nacional Experimental “Rafael María Baralt” tiene como misión impulsar el desarrollo de la subregión a través de la preparación de profesionales para la industria, asimismo colabora con las comunidades en su crecimiento cultural y social. En cuanto a la visión de la UNERMB, es garantizar una mejor atención al estudiante, brindando confiabilidad y calidad en los servicios que presta para que se sientan parte integral del sistema de estudios superiores.
Actualmente la UNERMB cuenta con sedes de pregrado en Cabimas, Ciudad Ojeda, Mene Grande y Puertos de Altagracia; Mene Grande fue el escenario donde se desarrolló la presente investigación, la misma se encuentra ubicada en la parroquia  Libertador del municipio Baralt en la primera calle del Sector Rancho Grande. El estudio tuvo una duración de aproximadamente dos años.



















MOMENTO II

CONTEXTO TEÓRICO

Este momento sirve para enmarcar teóricamente la investigación, permitiendo establecer su vinculación con lo ya estudiado en el campo de la educación sobre las competencias laborales del docente y los diversos enfoques que sobre esta temática han sido considerados, con el fin de comprender el objeto de estudio y su contexto. En este sentido, su contenido se orienta hacia  los aspectos que a continuación se explican.

Antecedentes

La revisión de la producción intelectual reflejada en estudios sobre las competencias laborales del docente, permitió considerar las siguientes investigaciones antecedentes: el estudio de Barrios (2013) denominado “Nuevo perfil docente basado en competencias”, el cual tuvo como objetivo presentar  una propuesta para adquirir el nuevo  perfil del docente,  con un enfoque basado en competencias.
 Para ello se partió del estudio de algunas competencias señaladas por autores como Perrenoud, Zabalza, Frade, Braslavsky  y las propuestas en los documentos del Marco para el diseño y desarrollo de Programas de Formación Continua y Superación Profesional para Maestros de Educación Básica en Servicio 2011-2012 para México, así como los doce principios pedagógicos en que hace énfasis el Plan de estudios 2011.
Se asume que las competencias laborales son el resultado de la integración dinámica de distintos tipos de conocimiento y práctica, se presenta un nuevo perfil del docente basado en competencias con base en los estándares de desempeño docente en el aula y el proceso metodológico   que se propone  para identificar y desarrollar  las competencias docentes, así como presentar las transformaciones a las cuales conduce el nuevo perfil docente basado en competencias. Se seleccionó el artículo anterior, por aportar elementos coincidentes en relación con la investigación que se presenta, entre los cuales cabe mencionar: los diferentes tipos de competencias a dominar por los profesores universitarios.
Asimismo, se consideró la investigación de Carrera y otros (2011) titulada “Modelo pedagógico para el desarrollo de competencias en educación superior”, la cual tuvo como propósito conocer el impacto de un modelo pedagógico para el desarrollo de competencias en educación superior. El mismo se diseñó a partir de la reflexión crítica de profesores y estudiantes al identificar problemas, así como sugerir soluciones.
El modelo analizado constó de fundamentos psicopedagógicos, socio-filosóficos; además, incluyó aspectos sobre cómo establecer la relación y la práctica pedagógica. Se aplicó a los estudiantes del segundo semestre de la Licenciatura en Intervención Educativa en una universidad pública del norte de México con un diseño cuasiexperimental.
Para ello, se utilizó un grupo experimental, uno de control. En el primero se utilizó una guía didáctica en la que se concretó el modelo. En el segundo, se desarrolló la práctica pedagógica, tal como el profesor del grupo tenía planeado, en la cual los estudiantes sólo exponían proyectos de intervención ya diseñados y aplicados por diversas instituciones.
La competencia se evaluó mediante un esquema de pretest-postest, no encontrándose diferencias significativas entre ambos grupos en el pretest, mientras en el postest se evidenciaron dichas diferencias. Por tanto, se concluyó que el modelo tuvo efectos en el grupo experimental al favorecer el logro de la competencia.
Al seleccionar la investigación anterior se consideró su pertinencia en el sentido de referirse al desarrollo de competencias en educación superior, ofreciendo un modelo pedagógico cuyos elementos podrán ser tomados como fundamentos para la ampliación del basamento teórico necesario para la generación del constructo.
  De igual forma, se tomó como antecedente el trabajo de García (2011) denominado “Programa de capacitación sobre competencias docentes para los catedráticos de la Lic. en Arquitectura de la Facultad del hábitat de la UASLP” cuyo objetivo fue diseñar un programa de capacitación sobre competencias docentes para la población seleccionada.
Metodológicamente, fue de tipo descriptivo con enfoque mixto, aplicada a una población muestral de 14 docentes y 30 estudiantes del 8vo. Semestre de arquitectura a quienes se les aplicó una encuesta modelo cuestionario. El método matemático utilizado consistió en estadística descriptiva mediante medidas de tendencia central.
Las conclusiones demuestran la necesidad de ambas poblaciones de conocer las competencias que el docente debe desarrollar, para favorecer la interacción profesor-estudiante en el aula de clase y tener orden, secuencia en cada una de las actividades propuestas en las asignaturas, logrando un enriquecimiento de la praxis del facilitador.
Se seleccionó la investigación anterior como antecedente, por cuanto señala que las debilidades de los profesores de carreras no pedagógicas en relación a las competencias requeridas para ejercer funciones académicas, se presentan en todas las latitudes además de Venezuela, tal como reflejan sus resultados, ofreciendo una propuesta para optimizar el desempeño de los profesores universitarios de la institución mencionada de la cual se tomaron algunos referentes para ampliar el estudio.
Asimismo, se seleccionó la investigación de Rodríguez (2010) denominada “Competencias tecnológicas del talento humano en universidades corporativas” cuyo propósito fue analizar las competencias tecnológicas del talento humano en las universidades corporativas suscribiéndose como analítica y de campo, a fin de descubrir el mecanismo interno de la misma, de tipo cuantitativo y descriptivo, con un diseño no experimental, transeccional.
 El instrumento utilizado fue un cuestionario, estructurado con cincuenta preguntas. La población estuvo constituida por doce personas pertenecientes a la gerencia de talento humano de las universidades corporativas: BOD, COBECA y ZIC. Los resultados fueron sometidos a dos procedimientos estadísticos utilizados para calcular la confiabilidad: Coeficiente Alfa de Crombach y método de mitades partidas con lo que se puede concluir que el instrumento es altamente confiable.
En concordancia con los resultados obtenidos, se formularon las conclusiones, con el fin de determinar las competencias tecnológicas del talento humano en universidades corporativas, a través de caracterizar las competencias con base en: contexto, actuación, idoneidad, resolución de problemas, desempeño integral,  las competencias específicas, pero no las competencias de tipo básica, genérica y claves, ya que no conocen sobre cuál  servirá para resolver un problema de tipo social-laboral, planteándose recomendaciones para potenciar   el tema.
Este antecedente se consideró parte del presente estudio al presentar los diferentes tipos de competencias tecnológicas que pueden tomarse para efectos de verificar su existencia o dominio por parte de los profesores universitarios, los cuales pueden utilizarse para sustentar las bases teóricas, por cuanto, éstas son parte de las laborales requeridas a este profesional.



En este apartado se analiza el basamento teórico seleccionado para fundamentar la variable de estudio, competencias laborales del profesor universitario lo cual permitirá construir un marco teórico coherente, del cual surja el constructo necesario para dar respuesta a los objetivos de investigación
.


El concepto competencia, plantea Bolívar (2011:55), aparece en los años 70, especialmente a partir de los trabajos de McClelland en la Universidad de Harvard Como consecuencia de los trabajos de Bloom surgió, en la misma década, un movimiento llamado “enseñanza basada en competencias”, que se fundaba en cinco principios, entre los cuales se consideran:
1. Todo aprendizaje es individual.
2. El individuo, al igual que cualquier sistema, se orienta por las metas a lograr.
3. El proceso de aprendizaje es más fácil si el individuo sabe exactamente lo que se espera de él.
4. El conocimiento preciso de los resultados también facilita el aprendizaje.
Es más probable que un alumno cumpla con las expectativas establecidas y satisfaga sus necesidades de aprendizaje si tiene la responsabilidad de las tareas a ejecutar.
Esos cinco (05) principios pueden estar presentes en cualquier sistema de formación y enriquecerían los resultados del proceso de aprendizaje. En este sentido, deben ser utilizados para orientar los diseños curriculares de las diferentes  instancias educativas a fin de ajustar la formación a las demandas del entorno laboral  para asumir  los cambios e innovaciones que ocurren en éste.
En función de atender a este entorno laboral cambiante y a sus demandas surgen una serie de enfoques para  comprender cuáles son las condiciones que debe reunir el talento humano en función de incursionar en los distintos ambientes de trabajo. Para explicar esta realidad,  han surgido una serie de enfoques sobre el estudio de las competencias los cuales facilitan la generación de muchos conceptos,  criterios para su medición.
En  ese sentido, las múltiples definiciones de competencia existentes pueden ser agrupadas de diferentes maneras; existen autores que las consideran una capacidad, tal como se evidencia en la siguiente definición establecida por Cocca (2009:2):

Competencia: capacidad objetiva de un individuo para resolver problemas, cumplir actos definidos y circunscriptos. El hecho de disponer conocimientos y aptitudes o de emplearlas con un propósito para expresar una capacidad que manifiesta un dominio exitoso sobre determinadas tareas o situaciones problemáticas.

Esa definición aporta al concepto competencia el hecho de considerarla evidencia de un  desempeño eficiente, no obstante al igualarla a capacidad reduce su definición a características de la personalidad, no toma en cuenta el papel de lo social. Otros autores consideran la competencia como conjunto de componentes y no ven la relación  entre ellos, por ejemplo Vargas (2009:15) señala: “Una competencia es el conjunto de comportamientos socioafectivos y habilidades cognoscitivas, psicológicas, sensoriales y motoras que permiten llevar a cabo adecuadamente un papel, una función, una actividad o una tarea”. Por lo tanto implica, el saber,  ser de la persona, su modo de percibir el mundo,  habilidades, destrezas.
 Como elemento negativo de esta definición está considerarla un conjunto de componentes, sin analizar la integración de ellos, tiene como elemento positivo incluir el éxito de la actuación del individuo. De acuerdo a esto, un concepto más completo de competencia sería el establecido por Tremblay (2011:16) quien la define en los siguientes términos: “es un sistema de conocimientos, conceptuales y de procedimientos, organizados en esquemas operacionales que permiten, dentro de un grupo de situaciones, la identificación de tareas - problemas y su resolución por una acción eficaz”.
 De acuerdo a lo señalado,  el autor al considerar la competencia como un sistema de componentes establece la complejidad de este concepto,  a su vez resalta el resultado y el carácter holístico de la misma. Presenta como dificultad que no reconoce la importancia de las cualidades de la personalidad, lo motivacional, ni lo metacognitivo, sólo se queda en la esfera cognitiva instrumental. Un referente teórico importante desarrollado por el Centro de Estudios Educacionales del Instituto Superior Pedagógico “Enrique José Varona”  en Cuba  fue el realizado por Fernández y otros (2009:25) en el cual se establece  la siguiente definición de competencia:

Una configuración psicológica que integra diversos componentes cognitivos, metacognitivos, motivacionales y cualidades de la personalidad en estrecha unidad funcional, autorregulando el desempeño real y eficiente en una esfera específica de la actividad, atendiendo al modelo de desempeño deseable socialmente construido en un contexto histórico concreto.

Esa definición tiene como aspecto importante establecer la estructura de la competencia a partir de sus cuatro (04) componentes (cognitivo, metacognitivo, motivacional,  cualidades de la personalidad); igualmente,  reconoce el aspecto externo: el desempeño eficiente a partir de un modelo social y su carácter histórico concreto.
A partir del análisis de las definiciones anteriores el investigador considera asumir la competencia como un sistema de componentes (cognitivos, metacognitivos, motivacionales) que posee un individuo para desenvolverse eficientemente en todos los aspectos de su vida. Respecto al componente cognitivo Pérez y otros (2012:28) establecen:

La  actividad psíquica cognoscitiva permite al hombre conocer el mundo que le rodea, en toda su integridad y penetrar en su verdadera esencia. Gracias a esto, el hombre puede orientarse e influir de modo directo en la transformación de la realidad y, con esto, transformarse a sí mismo.

Además, las dimensiones fundamentales que constituyen el componente cognitivo de la competencia son los procesos, propiedades intelectuales, la base de conocimientos,  el sistema de acciones generales y específicas. Los planteamientos anteriores permiten asumir que el componente cognitivo de la competencia está determinado principalmente por el sistema de conocimientos y habilidades a desarrollar en los estudiantes, sin desconocer los procesos cerebrales como: sensaciones, percepciones, pensamiento, así como hábitos y procedimientos. Por su parte, Pérez y otros (2012:67) definen  el componente metacognitivo  en los siguientes términos:

La categoría metacognición se ha analizado  desde dos enfoques fundamentales: como capacidad del sujeto para valorar objetiva y críticamente su propio proceso de conocimiento (y el de otros), sus estrategias y posibilidades intelectuales (es, en este sentido, mucho más restringido que la noción de autovaloración o de autoconocimiento), y como desarrollo de un conjunto de acciones y habilidades que permiten controlar el funcionamiento y desempeño cognitivo en la realización de las tareas (ya sea a un nivel consciente o automatizado), para planificar y proyectar la actividad.

De acuerdo a lo anterior, el componente metacognitivo establece la reflexión del sujeto acerca de cómo construye su conocimiento y los factores externos e internos que determinan su eficacia;  la regulación metacognitiva implica los procesos de planificación, evaluación, supervisión,  corrección de las acciones propias de la actividad laboral y de aprendizaje en los sujetos. Estos procesos unidos a todos los componentes de la competencia, contribuyen a la autorregulación del desempeño del sujeto en el marco de su actuación.
   Así mismo, el componente motivacional puede entenderse a partir de la definición del motivo de acuerdo con Pérez  (2012:52) como “todo aquello que estimula y conduce la actividad del hombre con vista a satisfacer sus necesidades, es decir, todo en lo que ha encontrado su "encarnación"  en la necesidad”. A partir de estas consideraciones  se asume que el componente motivacional está estructurado fundamentalmente por los motivos, las actitudes y valores del sujeto.

Tipos  de  competencias                      


Las competencias constituyen la aptitud funcional adquirida durante la formación profesional para desempeñarse adecuadamente frente a situaciones a problemas específicos que el ambiente físico y social plantean, por lo tanto, son el reflejo de la historia interactiva del individuo. Al respecto, para Mitrani y otros (2009:22), competencia es “una característica subyacente en una persona que está casualmente relacionada con una actuación exitosa en un puesto de trabajo”.
Desde ese punto de vista, se refiere al conjunto de saberes de las personas en sus puestos de trabajo, generando un desempeño exitoso, demostrando una actitud de identificación con los objetivos institucionales, mediante la asunción de compromiso, ética personal-profesional. De acuerdo con la definición anterior, las competencias están relacionadas con la formación y el desarrollo de las capacidades humanas al entenderlas como particularidades psicológicas individuales de la personalidad, condiciones necesarias para realizar con éxito una actividad dada, además de revelar las diferencias en el dominio de los conocimientos, habilidades, destrezas, actitudes necesarias para ello.
Al respecto, De Miguel y otros (2008:19), explican:

En el contexto universitario, se entiende por competencia la capacidad aprendida para realizar de manera adecuada una tarea, función o rol, relacionada con el ámbito particular de trabajo que integra conocimientos, habilidades y actitudes. Frente al enfoque tradicional de los programas de formación centrados en la adquisición de conocimientos, la pedagogía orientada hacia la adquisición de competencias se centra sobre las acciones que el alumno tendrá que ser capaz de efectuar después de hacer superado un período de aprendizaje.

Visto de esa forma, la persona competente es aquella que posee capacidades y tiene condiciones para ponerlas al servicio de un desempeño de excelencia, para lo cual moviliza todos sus recursos para ello, reflexionando acerca de su propia ejecución, con una visión ajustada de sus posibilidades, así como sus límites en ella.
Cabe señalar que el fin del profesor universitario es orientar, guiar, sostener la actividad constructiva de los estudiantes proporcionando ayudas educativas necesarias. Dentro de ese contexto, las competencias laborales describen de forma básica el cometido y funciones esenciales del profesional de la enseñanza, sustancialmente educador, para lo cual deberá tener una serie de conocimientos relacionados con las teorías de la educación, el currículo, cultura del profesor: andragógicos, sociológicos, psicológicos, didácticos
 Los estudios organizacionales se proyectan alrededor de tres tipos de competencias fundamentales de acuerdo con Benavides (2008:32), que implican su discriminación y utilización en conformidad con los objetivos de la intervención organizacional. Estas son: competencias genéricas, y laborales o técnicas.


Son consideradas como una serie de características requeridas por los individuos que pueden generalizarse en una empresa, entidad, consorcio, sector o estado. Su finalidad está orientada a fortalecer la identidad por cuanto nacen de las políticas y objetivos de la organización; estas variables son el fundamento para la determinación de competencias con base en la orientación organizacional. Así, se establecen las competencias genéricas siguientes:
1. Para desempeñar satisfactoriamente un empleo.
2. Para un grupo de empleos, lo que implica la  clasificación y la estandarización por niveles.
3. Para ingresar o permanecer en una empresa, consorcio o sector.
Existen compañías que determinan una serie de competencias genéricas para todos sus empleados, establecen  así,  unos comportamientos que se consideran fundamentales para la aplicación de sus políticas institucionales. Para identificar clasificaciones especiales vinculadas a los ámbitos gerenciales específicos. A continuación se presenta una lista de competencias genéricas realizada por Woodruff (2009:100) entre las cuales se incluyen:
1. Amplitud de conocimientos para estar bien informado: desarrolla,  mantiene canales de comunicación dentro de la organización y fuera de ella; utiliza tecnología para generar información; es consciente de los posibles eventos futuros, así como del progreso conseguido hasta ahora; está al tanto de los desarrollos políticos, económicos en los ámbitos local, nacional e internacional; hace seguimiento de las actividades de la competencia.
2. Astucia para tener un entendimiento claro: tiene una vista panorámica de los asuntos, recoge información de forma continua y la correlaciona; llega al punto central del problema; analiza todas las variables que afectan un asunto; tolera, maneja ideas o información conflictiva o ambigua.
3. Razonamiento para encontrar alternativas: genera opciones; evalúa las opciones tiene  en cuenta los aspectos negativos o positivos de su uso; demuestra sentido común e iniciativa.
4. Organización para trabajar productivamente: identifica prioridades, organiza actividades, establece los objetivos para el personal; maneja su tiempo y el de los demás.
5. Se enfoca en conseguir resultados: propone soluciones en el marco del tiempo; crea o adapta procedimientos para asegurar resultados en los problemas; adquiere nuevas habilidades y acepta nuevos retos.
6. Liderazgo: transmite y expresa su habilidad a los demás; está preparado para tomar y apoyar decisiones, habilidad para calcular riesgos; aconseja a áreas inexpertas.
7. Sensibilidad para identificar otros puntos de vista: escucha;  demuestra empatía en comunicaciones orales y escritas; está consciente de las expectativas de los otros.
8. Cooperación para trabajar en equipo: involucra a otras persona en su área y en sus ideas; utiliza las habilidades de los miembros del equipo; está abierto a ideas o sugerencias.
9. Orientación a conseguir objetivos a largo plazo: se mantiene dentro del plan; sacrifica el presente por el futuro; lucha contra el tiempo si las condiciones son desfavorables.
Por  su parte,  Guédez (2010:88) hace mención sobre una división acerca de las competencias genéricas y establece cuatro grupos dentro de ellas:
1. Administrativas: gerencia del tiempo, sentido de prioridades, manejo de procesos, establecimiento de metas, planear y programar.
2. Comunicativas: capacidad de escuchar, producir información adecuada y estructurar información imparcial.
3. Supervisorias: sentido de monitoreo, capacidad de evaluar, manejo de incertidumbre, delegación, reconocimiento, motivación y orientación.
4. Cognoscitivas: identificación y solución de problemas, toma de decisiones, sentido del riesgo, capacidad analítica,  estructuración del pensamiento.


Competencias laborales


Conocidas también como competencias técnicas o gerenciales, según Benavides (2008:38) se encuentran particularmente inscritas en áreas laborales delimitadas. El origen, naturaleza,  finalidad de estas competencias están explícitamente vinculados con los procesos de trabajo. Son conocimientos, capacidades y actitudes que afectan el desempeño técnico-profesional de las personas. Así como las competencias genéricas,  aún con mayor precisión,  admiten ser medidas y mejoradas con la educación.
Los distintos tipos de competencia se complementan entre sí, pero, dejan ver los diferentes propósitos a los que están dirigidas. Mientras las  básicas centran, repotencian, las facultades y sensibilidades del ser humano; las  genéricas orientan el esfuerzo en el marco de una cultura corporativa; las laborales afinan el desempeño hacia exigencias más concretas, muy puntuales.
Estas diferencias entre las competencias plantean criterios distintos. Las básicas deben ser ahondadas en las dimensiones más profundas del ser humano, las genéricas deben ser enfocadas para responder a las exigencias de los negocios corporativos, y las técnicas o laborales deben ser alineadas a los requerimientos de procesos específicos de trabajo.
Pero más allá de los esfuerzos de ahondar, enfocar, alinear las competencias, está la necesidad de contextualizarlas; es decir,  independientemente de los alcances inherentes a sus particularidades, cualquiera sea la competencia debe responder al espacio y al tiempo histórico que sirve de contexto. Ninguna competencia puede tener vigencia si no es capaz de corresponder con la atmósfera predominante en un determinado momento.   
En este sentido, las competencias se vislumbran como un elemento referencial a considerar en cualquier entorno laboral sin importar la actividad a la cual se oriente, en este caso, se les vincula con la calidad de servicio por cuanto la empresa en estudio, es la expendedora de un producto cuya colocación en el mercado depende de la calidad de servicio que brinde su personal.
Asimismo, la competencia laboral pretende ser un proceso integral de formación que desde su mismo diseño conecta el mundo del trabajo y la sociedad en general, con el mundo de la educación. Estos problemas de integración del mundo laboral con la educación  se presentan también  en los países en desarrollo, con el agravante de una menor disponibilidad de recursos para el sistema educativo, al respecto Mertens (2011:1) señala: “la aplicación de un sistema de competencia laboral en esos países surge como una alternativa atractiva, al menos a primera vista, para impulsar la formación y educación en una dirección que logre un mejor equilibrio entre las necesidades de los individuos, las empresas y la sociedad en general.”
La noción de competencia laboral tiene muchas acepciones, pero todas ellas tienen cuatro características en común, según explica  Rico (2010:1)): 
1. Toma en cuenta el contexto: el cual  está constituido por un conjunto de situaciones reales en donde deberán ejercerse las competencias.
2. Es el resultado de un proceso de integración. Un objetivo de aprendizaje no es lo mismo que una competencia laboral. El primero refleja la expectativa del docente sobre el desempeño del estudiante al final del curso.  La competencia laboral, por su parte,  identifica los resultados esperados por el mundo del trabajo, en términos del nivel de dominio de las tareas y funciones profesionales, donde se integran conocimientos, habilidades y actitudes.
3. Está asociada con criterios de ejecución o desempeño. Los criterios de desempeño siempre se establecerán previamente a la instrucción e identifican los indicadores de evaluación que determinan el éxito en el dominio de la competencia, en armonía con los requerimientos del mercado de trabajo.
4. Implica responsabilidad. En la formación profesional por competencias laborales, el estudiante es el responsable de su aprendizaje. El tiempo que tarde en alcanzar el dominio de una competencia depende de la gestión  de sí mismo como recurso.
De los  conceptos presentados,  se puede inferir lo siguiente: una competencia integra un sistema de componentes cognitivo (de habilidades, conocimientos, procedimientos), motivacional, metacognitivo, cualidades y comportamientos del individuo para desempeñar con éxito una actividad dada,  en   una  relación   sistémica  en  la  cual  estos  componentes  interactúan mutuamente de manera coordinada.
Cada componente considerado constituye un subsistema del sistema con sus características y sus formas de apropiación por las personas. Dicho de otro modo,  una competencia integra: saber, hacer, ser,  convivir. Además se reconocen las cualidades de la competencia como holística, dinámica, dialéctica, transferible, medible y propia del individuo.
Una competencia no pertenece a un puesto de trabajo, o a un contexto laboral, sino al individuo. Un aspecto esencial a tener en cuenta es lo motivacional del sujeto en su contexto laboral. Se necesita un profesional u obrero motivado por su trabajo,  con amor a la profesión como aspecto imprescindible para que sus resultados sean del nivel de calidad esperado.
Por ello, al hacer una sistematización, generalización teórica a partir de la revisión de autores realizada, se asume como competencia laboral el sistema de componentes (cognitivos, metacognitivos, motivacionales,  cualidades de la personalidad) del individuo para la ejecución eficiente dentro de cualquier entorno en el cual se desenvuelva con un resultado positivo en tiempo y calidad.   
De esa manera, explican Daigle y Robitaille (2008:99) las competencias laborales se clasifican en generales y  particulares: generales, son aquellas necesarias en todas las profesiones, oficios;  están relacionadas con la preparación básica del individuo,  por ejemplo, utilizar la computadora, comunicarse de forma oral, escrita en su idioma, o en una lengua extranjera, entre otras. En cuanto a las competencias particulares o específicas, son las que determinan la profesión, por ejemplo, elaborar un medicamento, programar un tipo de software, realizar determinada operación quirúrgica, entre otras
No obstante, acota Vargas (2009:122) también hay otra clasificación en básicas, genéricas, específicas;  las básicas se adquieren en la formación básica y permiten el ingreso al trabajo: leer, escribir, comunicación oral, cálculo, entre otras. Las genéricas se relacionan con los comportamientos, actitudes laborales propias de diferentes ámbitos de producción, como, por ejemplo, la disposición para el trabajo en equipo, para la negociación, planificación.
Asimismo, expresa el autor, las específicas se relacionan con los aspectos técnicos directamente relacionados con la ocupación,  no son tan fácilmente transferibles a otros contextos laborales por ejemplo, la operación de maquinaria especializada, la formulación de proyectos de infraestructura, entre otras.  Estas son también establecidas en el Proyecto Tunning para Latinoamérica (2007:17) en el cual se clasifican en competencias genéricas y específicas, las genéricas incluyen:
1. Capacidad de abstracción, análisis, síntesis, de aplicar los conocimientos en la práctica, para organizar, planificar el tiempo, conocimientos sobre el área de estudio, la profesión, responsabilidad social, compromiso ciudadano.
2. Capacidad de comunicación oral, escrita, de comunicación en un segundo idioma, habilidades en el uso de las tecnologías de la información y de la comunicación.
3. Capacidad de investigación,  de aprender, actualizarse permanentemente, habilidades para buscar, procesar, analizar información procedente de fuentes diversas.
4. Capacidad crítica y autocrítica, para actuar en nuevas situaciones, creativa, para identificar, plantea, resolver problemas, para tomar decisiones, de trabajo en equipo.
Asimismo, incluyen habilidades interpersonales, capacidad de motivar, conducir hacia metas comunes, compromiso con la preservación del medio ambiente  así como con su medio socio-cultural, valoración, respeto por la diversidad, multiculturalidad.
5. Habilidad para trabajar en contextos internacionales en forma autónoma, capacidad para formular, gestionar proyectos, compromiso ético y con la calidad.
Este mismo proyecto al hacer referencia a las competencias específicas las establece en función de cada área temática,  en tal sentido, considera las competencias propias de las áreas de Administración de Empresas, Educación, Historia, Matemáticas, Arquitectura, Derecho, Enfermería, Física, Geología, Medicina, Química, Ingeniería Civil.
La meta del Proyecto Tunning Latinoamérica (2007:22) es  identificar e intercambiar información y mejorar la colaboración entre las instituciones de educación superior para el desarrollo de la calidad, efectividad y transparencia. En función de estos criterios existen diversos puntos de vista para definir las competencias laborales,  los cuales serán considerados en el siguiente apartado.


Al revisar la literatura con respecto a la definición de competencia laboral se puede  observar la diversidad de opiniones de los autores con respecto a este concepto: Un primer punto de vista es cómo la gestión de recursos humanos, relacionada con la idoneidad y el desempeño del trabajador, interpreta el concepto, o sea, el trabajador en ejercicio demuestra el resultado en su labor, a continuación se muestran algunos ejemplos que sustentan esta posición, según Donna (2011:2):

Competencia es el nuevo paradigma del empleo. Los atributos que debe disponer un trabajador para ocupar un determinado puesto (....) En las actuales condiciones de competitividad y productividad el concepto de competencias se impone en lo que se refiere a la formación y desarrollo de capital humano. El concepto de competencia busca definir y evaluar las capacidades del trabajador según su desempeño en situación de trabajo. La competencia laboral no es una probabilidad de éxito en la ejecución del trabajo, es una capacidad real y demostrada.

 Al analizar la definición anterior se puede establecer como aspecto positivo de la misma  la consideración de la competencia laboral en un contexto real, así como también señalar su carácter mutable, de acuerdo a esto, a medida que el trabajador gana en experiencia, modifica sus competencias laborales. Además,  reconoce como su manifestación el desempeño del trabajador, por lo tanto,  es evaluable.
Como aspecto negativo está el empleo del término competitividad, por cuanto no  se ajusta a los criterios en otros contextos, pues se relaciona con el desempeño efectivo y no con la competencia entre individuos por un puesto de trabajo. Así mismo Guzmán e Irigoin (2010:14) definen la competencia laboral como:

La  construcción social de aprendizajes significativos y útiles para el desempeño productivo en una situación real de trabajo que se obtiene no sólo a través de la instrucción, sino también – y en gran medida – mediante el aprendizaje por experiencia en situaciones concretas de trabajo.
Esa definición reconoce la experiencia del trabajador como elemento que contribuye al desarrollo de la competencia laboral. También establece  la importancia de la instrucción para la construcción social de aprendizajes significativos. Ésta no se forma sólo en la escuela,  también se necesita la integración con la empresa para su formación. Así mismo, reconoce la transmisión de valores en la formación de la misma y el carácter contextual de la misma; por lo cual,  aporta un carácter dinámico a este concepto  vinculándolo  a un contexto dado.
Así mismo, explica Vargas (2009:125), la competencia como constructo teórico puede ser analizada desde el punto de vista psicológico. En este sentido, se les considera como características estables que tienen una relación causal con el rendimiento y desempeño laboral, por lo tanto, provocan, facilitan el éxito en una actividad donde se  combinan elementos afectivos,  cognitivos, motivacionales y conductuales
La definición de Vargas incluye cuatro niveles: la creatividad del sujeto en su desempeño laboral como aspecto de la competencia laboral, reconoce lo social de este concepto a partir de las relaciones interpersonales en el marco del trabajo. Expresa el nivel de independencia en el desempeño eficiente del trabajador y analiza de manera dialéctica los cuatro elementos esenciales: el saber, el hacer, el ser y el convivir.
Otro punto de vista, que complementa la definición de competencia laboral es considerarla como componente personológico del individuo, en este sentido,  González (2012:6) la define como: "Una configuración psicológica compleja que integra en su estructura y funcionamiento aspectos motivacionales, cognitivos y recursos personales que se manifiestan en la calidad de la actuación profesional del sujeto, y que garantizan un desempeño profesional responsable y eficiente". En esta definición se destaca la combinación de elementos afectivos, cognitivos, actitudinales como parte de las competencias.
De esa manera se reconoce que el individuo incorpora a su personalidad la competencia laboral dándole un marcado carácter dialéctico e integrador, identifican el aporte de cada persona a su actuación profesional, en función de esto,  la competencia laboral integra los componentes cognitivo y motivacionales de forma personalizada  por lo cual confiere una contextualización a la misma. Al respecto,  D´Angelo (2009:7)  establece lo siguiente:

Las competencias expresan las potencialidades de desarrollo humano y profesional que se logran a través de desempeños efectivos de las personas en condiciones de interacción interpersonal y sociocultural. Son por tanto, unidades psicológicas complejas con posibilidad de desarrollo constante a partir de matrices socioculturales interactivas.

En ese último concepto se  reconoce la competencia laboral como parte del sujeto, a ese nivel se llega después que el trabajador se considere adiestrado en su puesto laboral, este adiestramiento puede ser de dos o más años, esto depende del sujeto, de la complejidad del puesto de trabajo. El punto de vista psicológico está muy ligado al punto de vista empresarial, porque en los procesos de gestión de recursos humanos para la selección de personal para un determinado puesto de trabajo, se toma en cuenta como el aspirante reúne los requisitos y se desempeña en el área deseada.
 Para la formación por competencias laborales es importante el punto de vista psicológico debido a que se tiene en cuenta el enfoque personológico del proceso de educación técnica y profesional.  Un último criterio es ver la competencia laboral desde la escuela, es decir, en los diseños curriculares.
 En este contexto, el concepto de competencia que se introduce, crecientemente, en las propuestas educativas de esta época, representa un modelo derivado del antiguo –y ahora superado- concepto de calificación,  remite a saberes, habilidades y actitudes individuales anteriormente no tomados en cuenta, para el desempeño laboral.
Al respecto, Sepúlveda (2012:15) señala: “El sistema educativo orientado por el concepto de competencias es un sistema que puede hacer frente a los desafíos de competitividad (competencia/competitividad) contenidos en la nueva organización mundial del trabajo.” Por lo tanto, las competencias son un elemento intrínseco del proceso educativo, en el cual se sustenta los ejes curriculares de la actualidad.
El autor antes citado señala que organizar el currículo en función de las competencias laborales le impregna a la formación profesional una ventaja, pues considera la integración con el mundo laboral, esto constituye una forma de alcanzar la calificación real del sujeto. En efecto, algunos autores han advertido que el traspaso del concepto de competencia al mundo de la educación induce a la idea de un currículo basado en competencias como fundamento de un modelo de desarrollo económico, social con tendencia a sustituir valores tales como: la ciudadanía social, la igualdad y la solidaridad por la competitividad.
 En ese sentido, Sepúlveda (2012:20) considera “los programas que se estructuran en términos de competencias, constituyen una tentativa por reproducir a nivel del sistema educativo, la ideología que domina actualmente en el mundo económico”. Por lo tanto, asume el estudio de las competencias como la necesidad de adecuar la formación del talento humano al contexto económico y a la política imperante en este aspecto.
De todos los conceptos, criterios referidos se puede  inferir que existen tres puntos de vista sobre la competencia laboral: el empresarial enmarcado en el contexto de la gestión de recursos humanos; psicológico,  el cual enfatiza en la personalidad del trabajador y el de diseño curricular, asociado a la formación académica, los cuales se explican a continuación :
Punto de vista empresarial: la competencia laboral vista en el desempeño eficiente del trabajador. En el contexto de la gestión del talento humano, el trabajador debe demostrar su idoneidad, a partir de la integración al sistema de los componentes cognitivo, motivacional, metacognitivo y cualidades de la personalidad que forman parte de la estructura de la competencia laboral en su actuación.
Punto de vista psicológico. La competencia laboral constituye una configuración psicológica compleja, que implica componentes motivacionales, metacognitivos y afectivos del sujeto, así como cualidades de la personalidad. Este punto de vista se asume si el trabajador adquiere cierto nivel de experiencia en el marco laboral e incorpora en su personalidad los niveles de competencia alcanzados
Punto de vista del diseño curricular. La competencia laboral vista en la formación de un profesional con los conocimientos, habilidades, procedimientos, componente metacognitivo, cualidades de la personalidad, actitudes, valores,  motivaciones requeridos para ocupar el espacio que le corresponde en la sociedad. Es decir, la estructuración curricular. didáctica del sistema de componentes cognitivos, motivacionales, metacognitivos, cualidades de la personalidad  necesarios en un  individuo para ejecutar sus tareas y su labor con el mínimo de requisitos exigidos en el contexto laboral, desde la visión de la escuela.



Según Díaz (2006:137) el origen del concepto competencia desde el punto de vista educativo se sitúa en el área de la lingüística, en su evolución fue asumido por la psicología en un interno por ofrecer una explicación del funcionamiento de la mente. Sin embargo, Tobón (2008) las considera procesos complejos que las personas ponen en acción-actuación-creación para resolver problemas y realizar actividades, tanto de su vida cotidiana como de su contexto laboral, aportando a la construcción, transformación  de la realidad, para lo cual integran el saber ser (automatización, iniciativa,  trabajo colaborativo), conocer (explicar, observar, comprender, analizar) con hacer (desempeño basado en procedimientos, estrategias).
Para lograr esto, los docentes deben tener en cuenta los requerimientos del entorno, sus necesidades personales, así como los procesos de incertidumbre, manteniendo su autonomía intelectual, conciencia crítica, creatividad, espíritu de reto, asumiendo las consecuencias de sus actos y buscando el bienestar humano. Por lo tanto, para adquirir una competencia se necesitan tres tipos de saberes: saber ser, saber conocer y saber hacer.
En correspondencia con este enfoque centrado en saberes Paipa y Parra (2010:329) definen las competencias inherentes al profesional de la docencia a nivel universitario como  conceptual, procedimental, actitudinal. En cuanto a la competencia conceptual, es definida por estos autores como esquemas de conocimiento normativos que estructuran el pensamiento profesional a través de experiencias individuales, grupales, mediante un proceso de interacción entre la teoría, práctica en el que, partiendo de los problemas de la práctica se busquen soluciones por medio de recursos teóricos.
En este sentido, la competencia conceptual permite a los docentes desarrollar de acuerdo con Peñaloza (2009:171) aptitudes para identificar, interpretar, aplicar, evaluar conceptos que le proporcionen al individuo una base sólida del pensamiento creativo. Asimismo, comprende el aprender a desaprender y reaprender.
De acuerdo a lo antes señalado, la competencia conceptual está referida al conocimiento  de la especialidad y del currículo, de esta manera el docente es capaz de tratar, analizar problemas de la especialidad que dicta; además, posee la capacidad de organizar el proceso de aprendizaje, planificar, reconocer las potencialidades de los estudiantes, sus dificultades, procesos, reacciones.
En relación a la competencia procedimental, de acuerdo con Paipa y Parra (2010:331) ésta hace referencia a las acciones que ejecutan los individuos para aplicar el conocimiento, es decir, el saber hacer, esto implica las operaciones, procedimientos. Desde esta perspectiva, este tipo de competencia corresponde a una variedad de métodos que aplica el docente para la estructuración de las clases, las estrategias de enseñanza, la preparación de entornos interactivos de enseñanza y aprendizaje.
Por su parte, Peñaloza (2009:173) al referirse a la competencia procedimental argumenta que el docente al desarrollar esta competencia deberá disponer de una variedad de métodos para la estructuración de las clases, estrategias de enseñanza, entornos interactivos, conocimiento de las debilidades o problemas de aprendizaje que presenten los estudiantes con los cuales interactúa.
En consecuencia, la competencia procedimental implica que los docentes tengan habilidades para organizar el entorno colaborativo de aprendizaje, reconocer y aprovechar materiales que incentiven el desarrollo del autoaprendizaje, comunicación, liderazgo, desarrollar procesos grupales, así como saber guiar en la autoevaluación.
Con relación a la competencia actitudinal, Paipa y Parra (2010:334) establecen que comprende el marco ontológico, axiológico y deontológico con respecto a los deberes implícitos en el desarrollo de las profesiones u ocupaciones. Esto es el estudio del individuo y sus valores, está relacionado con el ser, convivir, creencias, sentimientos y comportamientos.
En ese sentido, Peñaloza (2009:179) indica que los docentes a través de la puesta en práctica de la competencia actitudinal, reforzarán adecuadamente las conductas positivas de sus estudiantes para incentivar el desarrollo de su autoestima, el respeto por los demás. De igual manera, establecerán un vínculo positivo con los miembros de la comunidad para que participen, aporten experiencias, conocimientos, acciones que promuevan el desarrollo local.
De esta manera, las competencias del docente universitario convergen en la reflexión sobre la propia actividad profesional como estrategia de revisión, análisis y mejora permanente de la docencia. Es una reflexión compartida en torno a la práctica y teoría curricular como parte relevante de la labor docente.
Estos tres tipos de competencia se ponen en práctica en el marco de las funciones de docencia, investigación, extensión que les corresponden a los docentes universitarios. En la función de docencia, los profesores hacen uso de sus conocimientos previos para generar experiencias de aprendizaje que permitan a sus estudiantes construir sus propios conocimientos, asimismo, les enseñan a realizar un uso práctico de los mismos y les inculcan valores de responsabilidad, trabajo, ética.
En la función de investigación, explica Pomenta (2008:89), los docentes universitarios tanto si investigan como parte de su desarrollo profesional como si orientan a sus estudiantes en el desarrollo de investigaciones hacen uso de sus competencias conceptuales, procedimentales, actitudinales, lo mismo ocurre en la función de extensión universitaria a través del desarrollo de cursos, talleres, programas, asesorías a personas e instituciones del entorno, en los cuales utilizan todas estas competencias, sustentadas en los saberes conocer, hacer y ser.
En el contexto de la presente investigación además de los aportes ya mencionados se considera la clasificación que realizan Martín y otros (2012:199) acerca de las competencias profesionales del docente universitario, a las cuales consideran como expresión de las diferentes aristas y esferas de su actuación en el ámbito universitario, las cuales se encuentran conformadas por subcompetencias o competencias específicas, como son:
1. Competencia didáctica: caracteriza la facilidad de trasladar de manera asequible (y no facilista) a los estudiantes los contenidos de las ciencias que imparte por difíciles que parezcan sin distorsionarlos ni vulgarizarlos. No basta con el dominio de dichos contenidos, es esencial que el profesor sea capaz de “pedagogizarlos”, pues la lógica de la ciencia no coincide siempre con la lógica de su impartición.
2. Competencia académica: expresa el dominio de las ciencias que aportan a su labor docente en las diferentes asignaturas y disciplinas que imparte, así como de la psicología y la pedagogía, como ciencias que explican y fundamentan su actuar cotidiano en la enseñanza y en la investigación acerca de su práctica educativa.
  3. Competencia investigativa: el saber hacer investigativo despierta una actitud más crítica, reflexiva sobre su labor pedagógica, obliga a hacer coincidir la teoría con su práctica, incrementa su sensibilidad para detectar aquellos problemas que requieren de investigaciones científicas para su solución, exige una mejor planificación, organización del trabajo y a un mejor uso de él, un incremento sustancial de su espíritu crítico, autocrítico, es más objetivo en sus juicios, más flexible para aceptar los cambios provocados por los procesos renovadores e innovadores, un mayor tiempo dedicado al estudio individual, la lectura sobre temas de interés profesional,  una reafirmación de sus motivaciones profesionales como docente e investigador.
4. Competencia ética: refleja su autonomía moral como modelo a imitar por sus alumnos y colegas en cuanto a los valores profesionales que lo caracterizan como persona, como profesor universitario, a la vez, como especialista en una rama del saber científico.
 5. Competencia comunicativa: posee tres componentes: el uso eficiente de su lengua materna, tanto oral como por escrito; el dominio de una lengua extranjera, preferentemente el idioma inglés, al menos para extraer información de la literatura científica actualizada, el desarrollo de habilidades para ser un comunicador profesional por su oratoria, por la brillantez y exactitud de su discurso, así como por la calidad de sus escritos debido a la esencia educativa de su labor.
  6. Competencia cultural: debe poseer una cultura general e integral especialmente de carácter humanística, que le permita estar actualizado sobre los acontecimientos científicos, políticos, económicos, históricos, sociales, ideológicos, artísticos más acuciantes de su tiempo, tanto en el ámbito universal, como regional y nacional.
7. Competencia tecnológica: el gran desarrollo de la ciencia y la tecnología contemporáneas, cuya manifestación más evidente, acelerada es el creciente proceso de informatización de la sociedad, debe reflejarse en el docente universitario en su explotación pertinente a través del uso de las tecnologías de la información, la comunicación, en función de su labor docente e investigativa como herramientas insustituibles.
Estas subcompetencias o competencias específicas no son más que abstracciones de la competencia profesional general que va apareciendo y desarrollándose en el profesor universitario. Ellas constituyen parte de la gran configuración psicológica que es la personalidad como un sistema, en la que nada permanece aislado e inconexo dentro de ella, sino que se integran dentro de síntesis autorreguladoras cada vez más complejas.
Una manifestación concreta de esta afirmación es que si la labor profesional del docente universitario se fragmenta en funciones paralelas, aisladas sin vínculo alguno se desprofesionaliza paulatinamente. El desarrollo incoherente o aislado de dichas competencias provoca la aparición de desniveles en la calidad de la ejecución de sus funciones, como un reflejo de un desarrollo no profesional de su personalidad, y por tanto, una ejecutoria improvisada, intermitente e inefectiva.
Las competencias antes mencionadas se presuponen, complementan al irse conformando personalmente con un enfoque holístico. Por ejemplo, la adquisición de las competencias didáctica y académica contribuye al desarrollo de la competencia cultural, exige de las competencias informática, comunicativa, a la vez,  deben estar impregnadas de una competencia ética. Por tanto, es crucial estimular el desarrollo de competencias en los profesores universitarios a través de diferentes vías que los profesionalice de manera gradual, efectiva,  coherente.

Nuevos roles docentes en el siglo XXI

A diferencia de lo que ocurría hace 100 años, en la sociedad actual resulta fácil para las personas acceder en cada momento a la información requerida (siempre que dispongan de las infraestructuras necesarias y tengan las adecuadas competencias digitales; en este caso: estrategias para la búsqueda, valoración, selección de información). No obstante,  también a diferencia de lo que ocurría antes, ahora la sociedad está sometida a vertiginosos cambios, los cuales plantean  nuevas problemáticas, exigiendo a las personas múltiples competencias procedimentales (iniciativa, creatividad, uso de herramientas TIC, estrategias de resolución de problemas, trabajo en equipo) para afrontarlas con éxito.
Por ello, hoy en día el papel de los formadores no es tanto "enseñar" (explicar-examinar) unos conocimientos que tendrán una vigencia limitada y estarán siempre accesibles, como ayudar a los estudiantes a "aprender a aprender" de manera autónoma en esta cultura del cambio, promover su desarrollo cognitivo y personal mediante actividades críticas, aplicativas aprovechando la inmensa información disponible, así como las potentes herramientas TIC, tengan en cuenta sus características (formación centrada en el estudiante) exigiéndoles un procesamiento activo e interdisciplinario de la información para  construir su conocimiento sin limitarse a realizar una simple recepción pasiva-memorización de los contenidos recibidos.
Por otra parte, la diversidad de los estudiantes y de las posibles situaciones educativas generadas, aconseja que los formadores aprovechen los múltiples recursos disponibles (especialmente utilizando el ciberespacio) para personalizar la acción docente, trabajando en colaboración con otros colegas (superando el tradicional aislamiento, propiciado por la misma organización de las universidades,  la distribución del tiempo/espacio) manteniendo una actitud investigadora en las aulas, compartiendo recursos (por ejemplo a través de las webs docentes), observando, reflexionando sobre la propia acción didáctica, buscando progresivamente mejoras en las actuaciones acordes con las circunstancias (investigación-acción).
Cada vez se abre más paso su consideración como un mediador de los aprendizajes de los estudiantes, cuyos rasgos fundamentales son de acuerdo con Tebar (2009:321) los siguientes:
1. Es un experto que domina los contenidos, planifica (pero es flexible); establece metas: perseverancia, hábitos de estudio, autoestima, metacognición; siendo su principal objetivo que el discente construya habilidades para lograr su plena autonomía.
2. Regula los aprendizajes, favorece y evalúa los progresos; su tarea principal es organizar el contexto en el que se ha de desarrollar el sujeto, facilitando su interacción con los materiales y el trabajo colaborativo.
3. Fomenta el logro de aprendizajes significativos, transferibles y  la búsqueda de la novedad: curiosidad intelectual, originalidad.  Potencia el sentimiento de capacidad: autoimagen, interés por alcanzar nuevas metas.
Asimismo, el docente en el siglo XXI enseña qué hacer, cómo, cuándo y por qué, ayuda a controlar la impulsividad,  comparte las experiencias de aprendizaje con los alumnos a través de la discusión reflexiva, el fomento de la empatía del grupo. Atiende las diferencias individuales,  desarrolla en los alumnos actitudes positivas, valores. En este marco, las principales funciones que deben  realizar los docentes hoy en día de acuerdo con Feixas, y otros (2010:291)  son las siguientes:
1. Diagnóstico de necesidades: el objetivo de este diagnóstico es  conocer al alumnado en tal sentido deberá considerar las características individuales (conocimientos, desarrollo cognitivo - emocional, intereses, experiencia, historial), grupales (coherencia, relaciones, afinidades, experiencia de trabajo en grupo) de los estudiantes en los que se desarrolla su docencia. Además, requiere  diagnosticar las necesidades de formación del colectivo de los estudiantes a los cuales se dirige la formación, teniendo en cuenta sus características así como  exigencias legales y sociales.
2. Preparar las clases: para ello debe organizar, gestionar situaciones mediadas de aprendizaje con estrategias didácticas que consideren la realización de actividades (individuales y cooperativas) de gran potencial didáctico  que consideren las características de los estudiantes. En esta función se incluye la planificación de los cursos, el diseño de estrategias de enseñanza - aprendizaje y elaborar la web docente.
La planificación de cursos implica el diseño del currículum: objetivos, contenidos, actividades, recursos, evaluación. En algunos casos puede ser conveniente prever distintos niveles en el logro de los objetivos. Diseñar estrategias de enseñanza y aprendizaje (intervenciones educativas concretas, actividades).
3. Preparar estrategias didácticas (series de actividades) donde incluyan actividades motivadoras, significativas, colaborativas, globalizadoras, aplicativas. Deben promover los aprendizajes que se pretenden contribuyendo al desarrollo de la personal y social de los estudiantes.  Encaminar a los estudiantes hacia el aprendizaje autónomo, promover la utilización autónoma de los conocimientos adquiridos, con lo cual aumentará su motivación al descubrir su aplicabilidad.
4. Diseñar entornos de aprendizaje donde consideren la utilización (contextualizada e integrada en el currículum) de los medios de comunicación y los nuevos instrumentos informáticos - telemáticos (TIC), aprovechando su valor informativo, comunicativo, motivador. Así preparará oportunidades de aprendizaje para sus alumnos. Aprovechar múltiples recursos, las aportaciones didácticas que pueden proporcionar sus distintos códigos, lenguajes. Considerar la posibilidad de ofrecer a los estudiantes diversas actividades que puedan conducir al logro de los objetivos (para facilitar el tratamiento de la diversidad mediante diversas alternativas e itinerarios).
5. Preparar materiales para los educandos, aprovechar todos los lenguajes. Elegir los materiales que se emplearán, el momento de hacerlo, la forma de utilización, cuidando de los aspectos organizativos de las clases (evitar un uso descontextualizado de los materiales didácticos). Estructurar los materiales de acuerdo con los conocimientos previos de los estudiantes  (si es necesario establecer niveles).
6. Diseñar y preparar materiales didácticos (en soporte convencional o TIC) que faciliten las actividades de enseñanza/aprendizaje. La elaboración de materiales exige una preparación de las clases que redundará en eficacia.
Considerar las aportaciones de los "mass media" en la asignatura. De esta manera también se trabajará con los estudiantes el análisis crítico de los mensajes  transmitidos por estos medios (los cuales además de proporcionar ocio y acercar la cultura, transmiten una información "filtrada", pautas de conducta).
7. Seleccionar los recursos más adecuados en cada momento (según objetivos y contenidos, alumnos, contexto,  las propias características del profesor.). Su eficacia didáctica dependerá del acierto de esta elección, así de la manera en la que se prescriba su uso). Utilizar los diversos lenguajes disponibles.
Asimismo, se debe incorporar a los contenidos de la asignatura las aportaciones de los lenguajes icónicos, la multimedialidad, la estructuración hipertextual de la información. Considerar también todos estos lenguajes al asignar actividades a los estudiantes, para que éstos aprendan a utilizarlos al crear sus documentos y mensajes. Esto facilitará luego su interacción en la sociedad (estos lenguajes forman parte de la cultura).
8. Motivar al alumnado, para ello requiere el docente despertar el interés de los estudiantes (el deseo de aprender) hacia los objetivos y contenidos de la asignatura (establecer relaciones con sus experiencias vitales, con la utilidad que obtendrán) y mantenerlo. Motivar a los estudiantes en el desarrollo de las actividades (proponer actividades interesantes, incentivar la participación en clase). Establecer un buen clima relacional, afectivo, el cual proporcione niveles elevados de confianza y seguridad.
Asimismo, señala Gallego (2009:87), el docente del siglo XXI debe desarrollar una  docencia centrada en el estudiante, considerando la diversidad, para lo cual requiere gestionar el desarrollo de las clases manteniendo el orden, esto implica: ajustar las intenciones del currículum a partir de los resultados de la evaluación inicial de los estudiantes.  Informar a los estudiantes de los objetivos, contenidos de la asignatura, así como de las actividades que se van a realizar y del   sistema de evaluación.
Además, requiere negociar posibles actividades a realizar. Impartir las clases gestionando las estrategias previstas, adaptando las actividades de aprendizaje a las circunstancias del momento (estudiantes, contexto). Resulta imprescindible tener una buena planificación, pero se debe actuar estratégicamente. Mantener las disciplina, el orden en clase (normas, horarios). Las normas pueden ser tan abiertas como se considere oportuno, pero deben cumplirse.
Dentro de esta docencia centrada en el estudiante, el docente debe según Gallego (2009:89): a) constituir una fuente de información para los estudiantes, pero no la única (presentación de los aspectos más importantes de los temas, sus posibles aplicaciones prácticas, sus relaciones con otros temas conocidos); b) sugerir la consulta de otras fuentes alternativas; c) proporcionar a los estudiantes información básica sobre los contenidos de la asignatura (guion, visiones generales, textos básicos, esquemas); d) indicar fuentes de información, materiales didácticos y recursos diversos.
Adicionalmente, Feixas, y otros (2010:293) consideran que el docente en el desarrollo de una docencia centrada en el estudiante debe facilitar la comprensión de los contenidos básicos, fomentar el autoaprendizaje. Establecer relaciones constantes entre los conocimientos previos de los estudiantes y la información objeto de aprendizaje. Velar por un aprendizaje significativo. Dosificar los contenidos, repetir la información cuando sea conveniente. Presentar una perspectiva globalizadora e interdisciplinaria de los contenidos. Enseñarles a aprender de manera autónoma,  desarrollar estrategias de autoaprendizaje permanente
Aunado a esto, los autores antes mencionados consideran que el docente debe proponer actividades de aprendizaje y orientar su realización, en tal sentido, durante el desarrollo de las actividades deberá observar el trabajo de los estudiantes, actuar como dinamizador y asesor. Actuar como consultor para aclarar dudas de contenidos, metodología, aprovechar sus errores para promover nuevos aprendizajes.
Asimismo, debe orientarles sobre como planificar su trabajo de manera realista. Conducir los aprendizajes. Hacer un seguimiento de los aprendizajes de los estudiantes en general, solucionar sus dudas y guiar sus procesos de aprendizaje mediante las oportunas orientaciones (explicaciones, materiales recursos sugeridos, actividades a realizar).
Adicionalmente, requiere tratar la diversidad de los estudiantes (conocer sus características y diagnosticar sus necesidades) ofreciendo múltiples actividades que resulten todas ellas adecuadas para el logro de los objetivos que se pretenden. De esta manera los estudiantes podrán elegir según sus intereses, capacidades (pueden trazar su itinerario formativo).
Además, fomentará la participación de los estudiantes. Los estudiantes, en sus aprendizajes, son procesadores activos de la información, no son meros receptores pasivos. Para fomentar la participación de los estudiantes en todas las actividades necesita hacer preguntas, trabajar en grupo, hacer presentaciones públicas. En el desarrollo de las actividades promover interacciones de los estudiantes con los profesores, con los materiales didácticos y entre ellos mismos. Promover la colaboración, el trabajo en grupo. Orientar el desarrollo de las habilidades expresivas, comunicativas de los estudiantes.
Al respecto Gallego (2009:102) considera que el docente que centra su acción en el estudiante debe asesorarlo en el uso de recursos, esto implica asesorar sobre la oportunidad del uso de los medios. Los medios además de actuar como transmisores de la información, estructuran los esquemas mentales de los estudiantes, actúan como mediadores entre la realidad y su estructura mental exigiendo la realización de determinadas operaciones cognitivas, facilitando el desarrollo de ciertas habilidades.
Además, debe asesorar en el uso de las TIC como medio de comunicación: entre alumnos, con el profesor, con terceros. Las intranets ayudarán a reforzar las interrelaciones en la comunidad educativa de la escuela. No obstante en cada momento y circunstancia hay que valorar el mejor canal de comunicación: personal, virtual. Ayudar en la resolución de pequeños problemas técnicos relacionados con los instrumentos tecnológicos: configuraciones, virus, instalación de programas.
Finalmente, el docente debe evaluar  los aprendizajes de los estudiantes y las estrategias didácticas utilizadas, utilizando la evaluación formativa, sumativa.  Aprovechar las posibilidades de las TIC para realizar alguna de las actividades de evaluación fomentando la autoevaluación por parte de los estudiantes. Además, debe evaluar las propias intervenciones docentes, para introducir mejoras.
9. Ofrecer tutoría y ejemplo. En la tutoría de acuerdo con estos autores, el docente debe hacer un seguimiento de los aprendizajes de los estudiantes individualmente y proporcionar los feed-back adecuados en cada caso: ayudar en los problemas, asesorar. Ayudar a los estudiantes a seleccionar las actividades de formación más adecuadas a sus circunstancias. Utilizar las TIC para facilitar, mejorar la acción tutorial: bases de datos para el seguimiento de los estudiantes, tutorías telemáticas.
Igualmente, deberá ser ejemplo de actuación y portador de valores. Actuar como ejemplo para los estudiantes: en la manera de hacer las cosas, en las actitudes, valores (entusiasmo, responsabilidad en el trabajo). Dar ejemplo en la selección, buen uso de los recursos tecnológicos utilizándolos (como instrumento didáctico, recurso de trabajo en general) solamente cuando aporten ventajas sobre el empleo de otros materiales más asequibles.
10. Investigar en el aula con los estudiantes y el desarrollo profesional continuo, para lo cual debe experimentar en el aula, buscando nuevas estrategias didácticas, así como posibilidades de utilización de los materiales didácticos.  Implicarse en la realización de trabajos colaborativos con los estudiantes, utilizando, cuando resulte oportuno, los recursos informáticos - telemáticos. Tener predisposición a la innovación: investigar con los alumnos en el desarrollo de nuevas actividades (con medios, sobre ellos). Salir de la rutina, arriesgarse para mejorar los aprendizajes de los estudiantes. Asimismo, deberá valorar periódicamente tanto los resultados obtenidos como las opciones para poder mejorar los procesos de enseñanza yaprendizaje.
En cuanto a la formación continua, Gallego (2009:115)  señala que el docente debe participar en cursos para estar al día en relación a la materia de la asignatura asignada y también para mejorar las habilidades didácticas, así como mantener contacto con otros colegas. Aunado a esto debe fomentar actitudes, habilidades necesarias para el manejo de los sistemas de información para lo cual requiere de una actitud positiva hacia las TIC, pero desde una perspectiva crítica, valorando más la tecnología didáctica (dirigida a la resolución de problemas educativos) que la simple técnica (uso de los aparatos).
Asimismo, debe poseer una valoración positiva del pensamiento divergente, creativo, crítico. Trabajo autónomo (con iniciativa ante la toma de decisiones), ordenado, responsable. Trabajo cooperativo. Adaptación al cambio, saber desaprender. Curiosidad, formación continua, aprendizaje a partir de los errores (aprender probando, explorando), autoaprendizaje, construir aprendizajes significativos.
Por último, el docente en el siglo XXI, según Feixas, y otros (2010:298) debe colaborar con la gestión de la institución donde labora para lo cual realizará los trámites burocráticos que conlleva la docencia: control de asistencia, emisión de calificaciones.  Los profesores estarán menos tiempo delante de los estudiantes en clase y tendrán una mayor dedicación a tareas como la preparación de materiales, la tutorización, seguimiento de los estudiantes. Algunas de estas actividades podrán realizarse fuera de la institución.















CAPITULO III

ORIENTACIONES METODOLÓGICAS
 En este capítulo se presentan los fundamentos ontológicos, epistemológicos y metodológicos-procedimentales que guiaron el desarrollo de este estudio. En tal sentido, se conjugan los elementos necesarios para comprender la totalidad del fenómeno investigado en los contextos socio académicos en los que tiene lugar. De este modo, la orientación epistemológica de la investigadora se sustenta en la relación dinámica de interacción  entre la ontología del fenómeno a estudiar, el método utilizado para estudiarlo y los fundamentos epistemológicos que aseguran la concreción de tal consideración.
 En correspondencia con lo planteado, el objeto a estudiar, por tratarse de un fenómeno humano se abordará sistemáticamente, entendiendo que sus partes están determinadas por el significante y significados  que el todo y sus partes adquieren en el ethos en el cual se extiende la manifestación del objeto de estudio.
Fundamento onto-epistemológico
La investigación se orienta bajo el paradigma sistémico-complejo. Ontológicamente, se concibe a los fenómenos sociales como representaciones de cosas cuyos significados se los atribuye el actor social de acuerdo a una realidad observada. En este sentido, el contexto social es dinámico, holista, interpretado, construido por los sujetos en un proceso de interacción.
De acuerdo a lo descrito, desde el punto de vista se concibe al hombre como un ser complejo, inmerso en un  tramado de actividades que debe conocer, asimilar, comprender, procesar dentro de las áreas a investigar, es decir, competencias laborales del docente universitario venezolano en el marco del siglo XXI, se presenta en un ambiente de múltiples realidades, se mueve en un contexto de complejidad, donde la acción-reflexión-construcción-reconstrucción de su realidad, conforman una circularidad, lo que constituye su cotidianidad.
De allí que la investigación se enmarcó en un diseño emergente construido en base a un paradigma cualitativo que permitió comprender la realidad de los informantes claves con la intención de integrar los hallazgos en forma coherente y cumplir con la intencionalidad de aproximarse teóricamente a la realidad. Desde este nivel la investigación tuvo un carácter emergente, construyéndose a medida que se avanza en el proceso de investigación, a través del cual se puedan recabar las distintas visiones y perspectivas de los informantes.
El método a seguir se correspondió con un estudio fenomenológico sustentado en la hermenéutica que permitió la comprensión de los fenómenos en sus variadas manifestaciones. La hermenéutica permite concebir  como producto del conocimiento las interpretaciones de los simbolismos socioculturales a través de los cuales los actores de un determinado grupo social abordan la realidad (humana y social, fundamentalmente).
En consonancia con el método a utilizar la investigadora interpretó las categorías que emergieron de las narrativas de los informantes del estudio, que permitieron a su vez organizarlas e interpretarlas en correspondencia con los sustentos teóricos para articular la generación de  un constructo teórico sobre las competencias laborales de los docentes universitarios.
En tal sentido, el proceso por el que la investigadora observó e interpretó las significaciones subjetivas de los individuos estudiados, requirió introducir la hermenéutica como herramienta para el enriquecimiento interpretativo de los hechos objeto de estudio. Así pues, la hermenéutica como método es indispensable cuando la acción investigada como proceso de aprehensión del conocimiento requiere de incontables interpretaciones para tratar sus conexiones e influencias.
Igualmente, la aplicación del método hermenéutico al problema puede esclarecer la naturaleza de las dificultades encontradas; en ese sentido, cabe llamar la atención sobre la naturaleza de las categorías entre las que se busca ocurra el conexionismo de las redes teóricas fundamentales para las competencias laborales del docente universitario venezolano en el marco del siglo XXI.
De acuerdo a esto, se asumió en la investigación una indagación de carácter cualitativo la cual permita comprender las diversas facetas de las competencias laborales del profesor universitario así como los significados que se le asignan a las competencias laborales del docente. Por cuanto la investigación cualitativa, de acuerdo con Sherman y Webb (1988), se orienta hacia contextos que son naturales, o tomados tal  como se encuentran, más que reconstruidos o modificados por el investigador.
La investigación cualitativa tiene significados diferentes en cada momento. Una primera definición, aportada por Denzin y Lincoln (1994:2), destacan que es “multimetódica en el enfoque, implica un enfoque interpretativo, naturalista hacia su objeto de estudio”. Esto significa que los investigadores cualitativos estudian la realidad en su contexto natural, tal y como sucede, intentando sacar sentido de, o interpretar, los fenómenos de acuerdo con los significados que tienen para las personas implicadas.
Asimismo en su desarrollo se consideró la utilización y recogida de una gran variedad de materiales entrevistas, experiencias personales, historias de vida, observaciones, textos históricos, imágenes, sonidos, que describen la rutina y las situaciones problemáticas y los significados en la vida de las personas.
Stake (1999) sitúa las diferencias fundamentales entre la investigación cualitativa y la cuantitativa en tres aspectos fundamentales:
1. La distinción entre la explicación y la comprensión como propósito del proceso de indagación;
2. La distinción entre el papel personal e impersonal que puede adoptar el investigador, y
 3.  La distinción entre conocimiento descubierto y conocimiento construido.
Para el autor mencionado, la primera característica diferenciadora de la investigación cualitativa no se asienta en el enfrentamiento entre dato cualitativo versus dato cuantitativo, sino que se sitúa en  el terreno epistemológico. Su  objetivo es la comprensión, centrada en  la indagación de los hechos; mientras que la  cuantitativa fundamentará su búsqueda en las causas, persiguiendo el control y la explicación.
 Desde ella se pretende la comprensión de las complejas interrelaciones que se dan en la realidad. La segunda característica considerada por este autor,  destaca de la investigación cualitativa el papel personal que adopta el investigador desde el comienzo de la investigación, interpretando los sucesos y acontecimientos.
En la investigación cualitativa acota Stake (1999) lo que se espera es una "descripción densa", una "comprensión experiencial" y "múltiples realidades". Como tercera característica diferenciadora de la investigación cualitativa, argumenta que en ésta el investigador no descubre, sino que construye el conocimiento como síntesis de su perspectiva, por ello el autor considera como aspectos diferenciales de un estudio cualitativo su carácter holístico, empírico, interpretativo, empático.
En correspondencia con estos planteamientos se asumió la presente investigación como un estudio cualitativo en el cual se busca generar un constructo teórico centrado en las competencias laborales del docente universitario en el marco del siglo XXI. En consonancia con su naturaleza cualitativa desde la perspectiva ontológica la investigación propuesta buscó considerar la realidad de los docentes universitarios como dinámica, global, construida en un proceso de interacción con la misma. Epistemológicamente, la investigación asume un carácter inductivo partiendo de la realidad de los docentes que actuarán como informantes y de los datos que éstos aporten para llegar a una teorización posterior.
Desde un nivel técnico, en el cual se incluyen las técnicas, instrumentos, estrategias de recogida de información, en esta investigación se utilizaron  técnicas que permitieron  recabar datos las cuales informaron sobre la particularidad de las situaciones, permitiendo una descripción exhaustiva, densa de la realidad concreta objeto de investigación, en este caso, se hará uso de la entrevista en profundidad y de la observación participante.
 Para lograr los propósitos planteados se desarrolló una investigación fenomenológica, a través de la cual se busca abordar los significados que para los docentes las competencias laborales buscando con este tipo de investigación explicitar la esencia de la experiencia de los actores en torno a esta temática. Cabe destacar que en los estudios fenomenológicos de acuerdo con Apps (1991: 133) se deben desarrollar seis fases: 1) descripción del fenómeno, 2) búsqueda de múltiples perspectivas, 3) búsqueda de la esencia y la estructura, 4) constitución de la significación, 5) suspensión de enjuiciamiento,  6) interpretación del fenómeno.
La fase de descripción supone partir de la experiencia concreta  describiéndola de la manera más libre y rica posible, sin entrar en clasificaciones o categorización, pero trascendiendo lo meramente superficial. Al reflexionar sobre los acontecimientos, situaciones o fenómenos, se pueden obtener distintas visiones: la del investigador, la de los participantes.
 A lo largo de la tercera fase, el investigador intenta captar las estructuras del hecho, actividad o fenómeno objeto de estudio,  las relaciones entre las estructuras, dentro de las mismas. Es el momento de establecer categorías y las relaciones existentes entre ellas. Durante la constitución de la significación (cuarta fase), el investigador profundiza más en el examen de la estructura, centrándose en cómo se forma la estructura de un fenómeno determinado en una consciencia.
La quinta fase se caracteriza por la suspensión de los juicios mientras se recoge información y el investigador se va familiarizando con el fenómeno objeto de estudio. Se trata de distanciarse de la actividad para poder contemplarla con libertad, sin las construcciones teóricas o las creencias que determinen una manera u otra de percibir.  Por último, en la fase de interpretación, se trata de sacar a la luz los significados ocultos, tratar de extraer de la reflexión una significación que profundice por debajo de los significados superficiales y obvios presentados por la información acumulada a lo largo del proceso.
En correspondencia con esto se desarrolló el estudio en un marco sistémico estructural que permitirá develar el significado de las competencias laborales para los docentes universitarios en el ejercicio de sus funciones, describir los conocimientos que poseen los docentes universitarios sobre las competencias laborales en el marco del siglo XXI y comprender los referentes sociales  de las competencias laborales en el ejercicio de la función docente universitaria.
De acuerdo a esto, el fenómeno a estudiar se originó en una concepción teórica de las competencias laborales de los docentes para asumirlas en el contexto académico en el cual se enmarcan los actores sociales que operan tal conceptualización y que generan múltiples interrelaciones que sólo pueden ser comprendidas en el marco de su entorno.
Informantes
 Los informantes clave se seleccionaron siguiendo criterios propios de la investigación cualitativa, partiendo del hecho de que tienen experiencia en la docencia y se comprometan a participar voluntariamente en la investigación. En este caso se siguió el criterio de Goetz y Lecompte (1988) en cuanto a que se debe seleccionar un grupo diverso de participantes para asegurar la validez del estudio, en este caso, si bien ejercen funciones comunes su formación profesional y experiencia varía.
     De tal manera se consideraron como informantes seis docentes que laboren en la Universidad Nacional Experimental “Rafael María Baralt” sede Mene Grande. La selección de estos informantes estuvo sujeta a su disponibilidad para participar en la investigación, su desempeño profesional en una universidad pública y la permanente intersubjetividad con la investigadora por tratarse de una persona familiarizada con el contexto por cuanto es estudiante. Todo lo cual hace suponer que la información que ellos aporten se puede aprovechar como fuente simbólica e inclusive contrastante.

Técnicas e Instrumentos para recabar la información


 Para recabar la información se utilizó la entrevista considerada cualitativa, flexible, dinámica, no directiva, no estructurada, no estandarizada, abierta. Benney y Hughes (1970), Taylor y Bogdan (1992), plantean que la entrevista es un reiterado encuentro cara a cara entre el investigador y los informantes. Los encuentros estuvieron dirigidos a la comprensión de las perspectivas que tienen los informantes respecto de su experiencia o situaciones tal como las expresan con sus propias palabras. El propio investigador es el instrumento de la investigación. El rol implica no sólo obtener respuestas sino también aprender qué preguntas hacer, cómo hacerlas.
 El utilizar las entrevistas permitió conocer íntimamente a las personas, ver el mundo a través de sus ojos, e introducirse vicariamente en sus experiencias. La investigadora intentó construir una situación que se asemeje a aquellas en las cuales las personas hablan naturalmente entre sí sobre cosas importantes. La entrevista fue relajada y su tono es el de una conversación, pues así es como las personas interactúan normalmente, se establece un clima de rapport, confianza, empatía, para lograr que los informantes narren sus experiencias vividas en el ámbito de la educación universitaria.
Una parte importante de la técnica de entrevistar consiste en no abrir juicio. Al respecto, Benney y Hughes (ob cit), Martínez (2004:124) señalan “la entrevista es una comprensión entre dos partes en la cual, a cambio de permitir al entrevistador dirigir la comunicación, se asegura al informante para no encontrar negaciones, contradicciones, competencia u otro tipo de hostigamiento”. Es conveniente abstenerse de emitir juicios negativos, aceptar a las personas por quienes son y por lo que son, sin abrir juicio tampoco mentalmente.
El objetivo es que el entrevistador logre saber el modo como los informantes se ven a sí mismos y a su mundo, obteniendo información precisa de acontecimientos pasados, actividades presentes. Igualmente, permite reconstruir la experiencia que tienen dentro de la temática en estudio, es decir, el significado de esa experiencia para ellos.
 A efectos de la presente investigación se siguió una entrevista semiestructurada en función de responder a los propósitos que orientan el estudio. Esta entrevista se diseñó de acuerdo con direcciones interrogativas que emergen de los propósitos del estudio y que tienen un carácter abierto para permitirle a la investigadora su reorientación y reformulación en función de obtener de los informantes toda la información necesaria.
Procedimiento
El desarrollo de la investigación se ubicó en el marco de una investigación cualitativa bajo un enfoque hermenéutico fenomenológico, que permitió la aproximación a la realidad estudiada con la suficiente flexibilidad como para considerar los distintos puntos de vista considerados por cada informante de acuerdo a su experiencia particular.
En tal sentido se concibieron tres fases principales para el desarrollo de la investigación: la teorética, que implica la revisión de las diferentes fuentes bibliográficas a la luz de las cuales se construyeron el referencial teórico del estudio así como sus fundamentos ontológicos, epistemológicos y metodológicos. Mientras que la fase empírica implicó la aplicación de la entrevista y la discusión de su transcripción para ampliar la perspectiva de los informantes en torno a la realidad de la inteligencia emocional en los estilos de pensamiento.    
Finalmente, se concretó la fase de análisis de la información que se hará por medio del análisis del contenido de las entrevistas para hacer inferencias sobre los contenidos simbólicos y significativos que se encuentran en ellas para luego organizarlos en estructuras sistemáticas creando categorías a partir de los aspectos que emergerán de la información aportada por los informantes
Análisis de contenido
En este caso, se hizo uso del análisis de contenido de las diferentes fuentes de información a utilizar en tal sentido Krippendorff (1990), se refiere a análisis de contenido como al conjunto de métodos y técnicas de investigación destinados a facilitar la descripción e interpretación sistemática de los componentes semánticos y formales de todo tipo de mensaje, y la formulación de inferencias válidas acerca de los datos reunidos.
El análisis de contenido, es aplicable a discursos, información, mensajes, textos, imágenes. En este caso, en el cual se requiere buscar mayores detalles relativos al contenido, aplicar categorías o subcategorías que pongan en evidencia un contenido latente, estamos ante una labor propiamente interpretativa y que cobra mayor importancia para nuestro trabajo que es de carácter cualitativo. El contenido a analizar es de fuentes diversas, de él deben emerger elementos que permitan generar un constructo teórico centrado en las competencias laborales de los docentes universitarios.

Proceso de teorización
El proceso de teorización comprendió cuatro fases fundamentales: categorización, estructuración, contrastación, teorización.
Categorización: según Rodríguez y otros, (1996) la categorización, hace posible clasificar conceptualmente las unidades que son cubiertas por un mismo tópico. Las categorías soportan un significado o tipo de significado y pueden referirse a situaciones, contextos, actividades, acontecimientos, relaciones entre personas, comportamientos, opiniones, sentimientos, perspectivas sobre un problema, métodos, estrategias, procesos.
Para analizar la realidad observada en esta investigación fue necesario categorizar la información recopilada. Para ello se tomaron como unidades generadoras las definidas en los propósitos del estudio y  formuladas a través de las interrogantes que guiaron la entrevista.  Sin embargo, éstas pueden variar de acuerdo a la información que se recopile así como de la convergencia y divergencia suscitada entre los informantes. Las categorías así obtenidas serán ordenadas, codificadas en función de su vinculación utilizando códigos con colores para diferenciar en la transcripción los elementos definitorios y diferenciadores.
Para lograr categorizar la información recopilada de las entrevistas realizadas se consideró el uso de dos matrices en la primera de ellas, se consideraron cuatro columnas la primera destinada a precisar las categorías de análisis, en la segunda se señalaron las dimensiones correspondientes a cada categoría, en la tercera columna se transcribió textualmente la información aportada por cada informante, en tal sentido, se utilizarán seis matrices del tipo 1, para reflejar la información que fue aportada por los seis informantes considerados para el estudio. El modelo de esta matriz se incluye a continuación:

Matriz 1
Organización y categorización de la información

Categorías de análisis
Dimensión
Informante N°


1.    Investigador:


2.    Informante:


3.     


4.     

     Asimismo, se consideró la inclusión de una matriz que permitió establecer los hallazgos encontrados al ordenar las categorías de análisis en función de las consideraciones emergentes que plantearon los informantes en las entrevistas realizadas. Esta estuvo conformada por cuatro columnas, en la primera se identificó al informante, en la segunda se señalaron las categorías de análisis, la tercera reflejó las dimensiones de cada categoría y en la cuarta se incluyeron las consideraciones emergentes obtenidas a partir del discurso de cada informante. De esta matriz tipo II se utilizaron igualmente seis, una para cada informante. El modelo de esta matriz se anexa a continuación:
Matriz 2
Organización del contenido de las categorías de análisis

Informante
Categorías de análisis
Dimensiones
Consideraciones emergentes













Estructuración: en la estructura emergente de cada categoría de análisis considerada se encontraron hallazgos relevantes que fueron reflejados en  gráficos que permitan vislumbrar la realidad de cada docente en particular, compararla entre sí para  complementar la visión de los seis informantes en cuanto a la realidad estudiada y generar el constructo teórico correspondiente.
Contrastación: la contrastación se produjo mediante un proceso de comparación de los conceptos extraídos de la codificación y categorización de las entrevistas y el análisis de las teorías, para generar una nueva teoría la cual se contrastó con el marco conceptual existente.
Teorización: finalmente, se realizó una ordenación teórica que consistió en las relaciones de los diversos conceptos enlazados con oraciones propositivas, generando teoría surgida de la realidad empírica interpretada a la luz de la realidad observada.

Triangulación

Según Martínez (2004) implica la replicabilidad de una investigación sin alterar los resultados haciendo uso del mismo método. Esta puede ser de índole interna cuando varios investigadores estudiando la misma realidad obtienen los mismos resultados o externa cuando varios investigadores estudiando la misma realidad en tiempos y circunstancias diferentes llegan  a las mismas conclusiones.
 En este caso la fiabilidad estuvo dada por el análisis de las entrevistas realizadas en función de describir a profundidad la realidad estudiada. Por lo  tanto, su utilidad se asocia con la posibilidad de describir a cabalidad, clarificando el cómo se evidencian las competencias laborales de los docentes que serán estudiados. Asimismo, la fiabilidad se vincula en este caso, con la socialización de los resultados en los distintos contextos en los cuales sea pertinente su divulgación.
En ese sentido, la información generada como resultado de las entrevistas y de la revisión documental, fueron contrastados a través de lo que en investigación cualitativa se denomina triangulación de las fuentes, concebida por Taylos y Bogdan (1992) como un modo de protegerse de las tendencias del investigador y de confrontar y someter, a control recíproco, relatos de los diferentes informantes. Estos actuaron como complemento al proceso de interpretación de la investigadora.
Validación del constructo generado a partir del desarrollo de la Investigación
 El constructo fue validado utilizando para ello un instrumento basado en los criterios establecidos por Martínez (2004) en cuanto a la validación de teorías o modelos desarrollados por investigadores cualitativos. Para realizar esta validación se sometió a  la consideración de cuatro docentes con doctorado en Ciencias de la Educación. Estos cuatro expertos evaluaron el constructo derivado de la presente investigación en función de su coherencia teórica y estética, destacando su sistematicidad y claridad explicativa.


MOMENTO IV

HALLAZGOS

El sentido último de la concepción de este estudio era generar categorías de análisis que fundamenten las competencias laborales del docente universitario en el marco del siglo XXI. En función de lo cual en este apartado se refleja una síntesis de los discursos recopilados a través de las entrevistas realizadas a los  cinco informantes clave.
Para organizar la información se construyeron cinco cuadros ilustrativos, en el primero de los cuales se refleja el significado de las competencias laborales para los docentes universitarios en el ejercicio de sus funciones; el segundo,  considera los aspectos relevantes del significado de las competencias laborales, el tercero, contempla los conocimientos que poseen los docentes universitarios sobre las competencias laborales en el marco del siglo XXI.
En el cuarto cuadro, se establecen los referentes sociales de las competencias laborales en el ejercicio de la función docente universitaria y el quinto incluye las categorías de análisis encontradas que fundamenten las competencias laborales del docente universitario en el marco del siglo XXI. Asimismo, se elaboraron tres gráficos que resumen el significado de la intuición, cómo se manifiesta y cómo fundamenta a la solución de problemas.
El primer significado: las competencias laborales son sinónimo de habilidades, conocimientos, actitudes que caracterizan a las personas para desempeñar determinado puesto de trabajo, contemplan no únicamente lo que la persona sabe acerca del cargo a ocupar, sino las cualidades personales que posee que lo perfilan para el mismo, tal como lo ilustran las siguientes expresiones:
“Son conocimientos, que unidos a las destrezas y actitudes conforman el perfil de una persona”
  “Conforman el perfil de un empleado, pero no necesariamente se ven reflejadas de modo único en sus conocimientos, conforman el saber, el hacer y el ser de la persona, que unidos lo califican para un determinado cargo”.
  “Las competencias son las que definen la idoneidad de una persona para un determinado puesto de trabajo, varían de acuerdo a las exigencias de cada cargo, puesto que no sólo tienen que ver con los conocimientos, sino también con las destrezas y los rasgos de  personalidad que son deseables poseer para un determinado trabajo”.
  “Las competencias laborales tienen sobre todo que ver con la persona, porque se puede saber mucho de una determinada área y hasta tener las destrezas necesarias para ejercer un puesto, pero si la persona no tiene las cualidades personales para hacer ese trabajo de poco le sirve tener conocimientos sobre éste”.
  “Como docente creo que las competencias laborales son las cualidades esenciales que te permiten ejercer un cargo determinado, que no sólo implicar saber, sino ser y hacer, de los tres elementos creo que el ser es el más importante por cuanto caracteriza a la persona en su dimensión humana de la cual dependen en mi criterio los aspectos cognitivos y conductuales que estructuran además, las competencias”.
Dado que los estudiantes estuvieron conformados por profesores de ambos sexos encontramos diferencias de significado de acuerdo con ello. Para las informantes femeninas las competencias laborales sustentan la acción docente, al respecto señalaron:
“Las competencias laborales son las que permiten definir un perfil docente en correspondencia con las exigencias que les demanda el mercado laboral, al respecto, constituyen el fundamento de su gestión, orientadas sobre la base de sus conocimientos, habilidades, actitudes, los cuales se deben corresponder con las innovaciones curriculares y con las exigencias de cada ambiente de trabajo”.
   ”Un docente universitario está obligado a ser competente y esta competencia no pasa sólo por saber su área de formación sino también por aplicar en la práctica los conocimientos que ha adquirido, sino también, tener actitudes que determinen que idóneo para ejercer como tal, esa idoneidad la asocio con competencias como responsabilidad, veracidad, flexibilidad, cooperación, iniciativa, todo esto sustenta su desempeño”.
Mientras los profesores de sexo masculino respondieron:
“Como competencias me parece que son las que acreditan a la persona para el ejercicio de cualquier labor, sea en una empresa, en una institución educativa, se asocian con sus credenciales y también con sus cualidades personales, éstas últimas definen si la persona puede o no ejercer un cargo, porque se pueden tener los conocimientos pero si la persona no es abierta, no tiene iniciativa, no se adapta a los cambios, no es competente”...
“Ser competente es básicamente saber adecuarse a las circunstancias, aplicar los conocimientos y adaptarse a las exigencias de la organización”...
“ La competencia caracteriza a la gente por su idoneidad para ocupar un puesto de trabajo, puede haber personas más o menos competentes en función no sólo de lo que saben sino de cómo utilizan su conocimiento y de su capacidad de adaptación a las exigencias de la organización”...
    De lo que se deduce que existe una visión diferencial entre los sujetos femeninos y los masculinos en el significado que le adscriben a las competencias laborales, para ellas sustentan la gestión docente; por el contrario, ellos la enfocan hacia la definición de la idoneidad para ocupar un puesto de trabajo destacando que el aspecto personal es muy importante por cuanto de éste depende que la persona se le considere adecuada para la labor a desempeñar. Llegando incluso a afirmar:
“Si soy competente laboralmente esto va más allá de mis títulos o credenciales, tiene más que ver  con mi condición de persona”...
“La competencia laboral es lo que diferencia a un buen empleado de un mal empleado, porque puede que ambos tengan las credenciales pero la actitud hacia la labor los diferencia”
“Cuando hablo de competencia laboral por lo general lo asocio con el valor agregado que le da una persona a un determinado cargo y eso se vincula con el cómo aplica sus conocimientos pero sobre todo qué tipo de persona es”.
En este sentido, la competencia laboral constituye una cualidad ideal que va más allá de los conocimientos, habilidades que garantiza la idoneidad de la persona para el cargo a ocupar, que se encuentra fundamentalmente asociada con sus aspectos personales que le permiten utilizar su saber y su hacer. Esto se corresponde con lo expresado por Benavides (2008) quien las considera como conocimientos, capacidades y actitudes que afectan el desempeño técnico-profesional de las personas.
Asimismo, es compatible con lo expresado por Rico (2010) en cuanto a que la competencia laboral, identifica los resultados esperados por el mundo del trabajo, en términos del nivel de dominio de las tareas, funciones profesionales, donde se integran conocimientos, habilidades, actitudes. Podemos decir entonces que para los informantes consultados para esta investigación las competencias laborales constituyen un prerrequisito para el desempeño de un cargo, en este caso, es el de docente universitario, pudiendo básicamente expresarse por medio de las actitudes de las personas enfatizando en la dimensión del ser de cada profesor, para determinar su idoneidad para ejercer como tal.
En correspondencia con esto, una competencia de acuerdo a lo expresado por los informantes  integra un sistema de componentes cognitivo (de habilidades, conocimientos, procedimientos), cualidades, comportamientos del individuo para desempeñar con éxito una actividad dada. Dicho de otro modo,  una competencia integra: saber, saber hacer, saber ser y saber convivir.  Asumiendo además de acuerdo con sus respuestas que una competencia no pertenece a un puesto de trabajo, o a un contexto laboral, sino al individuo.  Para especificar de modo detallado este significado, se elaboró la matriz 3 que se presenta a continuación.
Matriz Nº 3 Significado de las competencias laborales para los docentes universitarios en el ejercicio de sus funciones

Sujeto
Significado de las competencias laborales
Competencias laborales del docente universitario
Rasgos que sobresalen
1                      Sexo masculino
Son conocimientos, que unidos a las destrezas y actitudes conforman el perfil de una persona.

Se requiere para ser docente universitario preparación en el área de conocimiento correspondiente, habilidades pedagógicas, aunado a esto, responsabilidad, organización, estar abierto a un proceso de actualización permanente
Preparación Responsabilidad
Organización
Apertura a la actualización

2
Sexo masculino

Las competencias son las que definen la idoneidad de una persona para un determinado puesto de trabajo, varían de acuerdo a las exigencias de cada cargo, puesto que no sólo tienen que ver con los conocimientos, sino también con las destrezas y los rasgos de  personalidad que son deseables poseer para un determinado trabajo.
Como docente universitario considero que se debe tener las credenciales que acrediten los conocimientos de la disciplina a facilitar, adicionalmente el docente tiene que tener formación para el ejercicio de la praxis educativa, no todo profesor sabe enseñar, aunado a esto, debe saber manejar grupos, trabajar cooperativamente, ser líder, inspirar respeto, ser honesto.
Con credenciales
Formación docente
Manejo de grupos
Trabajo cooperativo
Liderazgo
Respeto
Honestidad
3
Sexo  masculino
Conforman el perfil de un empleado, pero no necesariamente se ven reflejadas de modo único en sus conocimientos, conforman el saber, el hacer y el ser de la persona, que unidos lo califican para un determinado cargo.
Además de la preparación debe contar con habilidades para planificar las actividades académicas y para evaluar, aunado a esto, se debe caracterizar por su honestidad, responsabilidad, espíritu de cooperación y liderazgo, debe ser un buen comunicador y desarrollar la habilidad de escuchar
Preparación
Planificador
Evaluador
Honestidad
Responsabilidad
Cooperativo
Liderazgo
Habilidades comunicativas
Buen oyente

4
Sexo femenino

Las competencias laborales tienen sobre todo que ver con la persona, porque se puede saber mucho de una determinada área y hasta tener las destrezas necesarias para ejercer un puesto, pero si la persona no tiene las cualidades personales para hacer ese trabajo de poco le sirve tener conocimientos sobre éste.
Para mí lo fundamental es que el docente sea persona, que sepa dialogar, que respete, oriente y motive al estudiante. Por supuesto que debe tener los conocimientos de su área de formación y aunado a esto, un componente docente que lo califique para ejercer tal función en el contexto universitario.
Ser persona
Con capacidad de diálogo
Respeto
Orientador
Motivador
Preparado en su área
Con componente docente
5
Sexo femenino

Como docente creo que las competencias laborales son las cualidades esenciales que te permiten ejercer un cargo determinado, que no sólo implicar saber, sino ser y hacer, de los tres elementos creo que el ser es el más importante por cuanto caracteriza a la persona en su dimensión humana de la cual dependen en mi criterio los aspectos cognitivos y conductuales que estructuran además, las competencias.
El docente universitario debe ser una persona formada integralmente tanto en su área de contenido como en su desempeño como mediador, aunado a esto debe ser una persona honesta, responsable, con iniciativa, innovadora, dispuesta al cambio, comunicativo, colaborador, accesible.
Preparación
Mediador
Honestidad
Responsabilidad
Iniciativa
Innovación
Disposición al cambio
Comunicación
Colaboración
Accesibilidad

Atendiendo a lo planteado por los informantes en el cuadro anterior, se destacan algunos aspectos esenciales y diferenciadores en la concepción de cada sujeto sobre el significado de las competencias laborales de los docentes universitarios. Estos rasgos se encuentran detallados con mayor precisión en la matriz 4 que se presenta a continuación:

Matriz 4. Resumen Aspectos más sobresalientes
Sujetos Masculinos
Preparación
Formación docente
Responsabilidad
Respeto
Honestidad
Manejo de grupos
Habilidades comunicativas
Liderazgo
Planificación
Organización
Evaluación
Cooperativo
Apertura a la actualización
Sujetos  Femeninos
Preparación
Formación docente
Mediador
Orientador
Motivador
Honestidad
Responsabilidad
Iniciativa
Ser persona
Con capacidad de diálogo
Innovación
Colaboración
Accesibilidad
Fuente: Lara (2015)
Ahora bien, al comparar el significado de las competencias laborales de los docentes universitarios tanto los informantes masculinos como femeninos que actuaron en esta investigación coinciden en afirmar que estas están conformadas por la preparación académica de cada docente en su área de conocimiento, la correspondiente formación para ejercer la docencia, con características personales como responsabilidad y honestidad, así como con habilidades comunicativas entre las que se incluye la capacidad de diálogo.   
    Por el contrario, se establecen diferencias entre ellos cuando los sujetos masculinos establecen como competencias del docente universitario el respeto, liderazgo, planificación, organización, evaluación, manejo de grupos, cooperativo y con apertura a la actualización,  mientras  los sujetos femeninos argumentan que debe ser mediador, motivador, orientador, con iniciativa, ser persona, innovación, colaboración, accesibilidad. Lo que lleva a señalar que las diferencias entre los sujetos femeninos y masculinos se mantienen pero el significado de las competencias laborales tiene rasgos comunes fundamentales los cuales se ilustran en el Gráfico Nº 1.

Gráfico 1. Significado de las competencias laborales
Fuente: Lara (2015)

Este significado de las competencias laborales de los docentes universitarios de acuerdo con los informantes clave se corresponde con las concepciones del ser, saber y hacer atendiendo fundamentalmente a la primera de ellas, lo que al triangularlo se corresponde con lo expresado por Sepúlveda (2012) en cuanto a que las competencias laborales pueden ser vistas desde el punto de vista psicológico, que implica componentes motivacionales, metacognitivos y afectivos del sujeto, así como cualidades de la personalidad. Este punto de vista se asume si el docente adquiere cierto nivel de experiencia en el marco laboral e incorpora en su personalidad los niveles de competencia alcanzados.
Asimismo,  es congruente con lo señalado por Paipa y Parra (2010)  quienes definen las competencias inherentes al profesional de la docencia a nivel universitario como conceptual, procedimental, actitudinal. De igual forma, Peñaloza (2009) asocia la preparación y la formación docente con el aprender, desaprender y reaprender que son los objetivos de la formación antes y durante el ejercicio de su función.
En cuanto a la competencia procedimental, Paipa y Parra (2010) señalan que esta hace referencia a las acciones ejecutadas por los individuos para aplicar el conocimiento, es decir, el saber hacer, esto implica las operaciones y los procedimientos. En este caso, los docentes estudiados hacen referencia a las habilidades comunicativas las cuales son consideradas por estos autores como un elemento fundamental para crear un entorno colaborativo de aprendizaje  en donde se incentive el desarrollo del autoaprendizaje, constituyendo una de las competencias esenciales del docente dentro del contexto educativo universitario.
Con relación a la competencia actitudinal, Paipa y Parra (2010) establecen que comprende el marco ontológico, axiológico, deontológico con respecto a los deberes implícitos en el desarrollo de las profesiones u ocupaciones. Esto es el estudio del individuo y sus valores, está relacionado con el ser, convivir, creencias, sentimientos, comportamientos.  En este caso, los informantes claves destacan los valores de responsabilidad, honestidad como competencias laborales del docente universitario.












Matriz Nº 5 Conocimientos que poseen los docentes universitarios sobre las competencias laborales en el marco del siglo XXI

Sujeto
Conocimientos sobre competencias laborales
1  
Sexo masculino

En primer lugar creo que el docente de ahora, además de los conocimientos propios de la especialidad tiene que ser una persona que busque actualizarse constantemente, dominar la tecnología, investigar, sin estas competencias le será muy difícil ejercer en un entorno que cambia constantemente y en el que sus estudiantes constituyen gente informada que obtiene tales conocimientos a través de la tecnología. En tal sentido creo que las competencias tienen más que ver  con comprender el entorno del estudiante, así como los cambios en el esquema de conocimientos propios de la especialidad, todo esto con la habilidad de manejar la tecnología, utilizarla e incorporarla a su labor académica no sólo en la actividad de aula sino también para el desarrollo de investigaciones.
2
Sexo masculino

Las competencias que se exigen en el siglo XXI al docente universitario están asociadas con el desarrollo de un aprendizaje cooperativo y colaborativo, ser un mediador, desarrollar un clima de aula que facilite la construcción del propio conocimiento por parte del estudiante, ofrecer las oportunidades de aprendizaje. Además que el docente actual tiene que estar en continua actualización y formación, investigar sobre los avances en su área de conocimiento y manejar la tecnología como valiosa  fuente de información y auxiliar didáctico, esto último porque para los estudiantes la tecnología es fundamental se actualizan a través de ella, por lo tanto, el docente también debe utilizarla y aprovechar sus ventajas
3
Sexo  masculino

Para mí el docente en este siglo XXI tiene que ser un mediador del conocimiento, entender que es un recurso para que el estudiante construya su propio conocimiento, para esto debe ser una persona que se someta a un proceso de actualización permanente, que le permita conocer los últimos avances en su área esto implica que debe manejar la tecnología para que tenga acceso a fuentes del conocimiento más allá de sus fronteras físicas, aunado a que debe comprender las necesidades de aprendizaje del estudiante y acostumbrar a éste a la investigación como medio para aprender.
4
Sexo femenino

El docente del siglo XXI definitivamente debe ser una persona flexible, adaptada al cambio, innovadora, capaz de aprender continuamente y de reaprender lo que ya sabe para que pueda asumir las innovaciones tanto curriculares como tecnológicas, así como las propias de su área de formación. Una competencia esencial del docente en el siglo XXI es el manejo de las tecnologías de información y comunicación, así como la capacidad investigativa que le permita hacer uso de estas herramientas tanto como recurso didáctico como para insertarse en nuevas áreas de conocimiento, lo que le permitiría encontrarse en una permanente actualización.
5
Sexo femenino

En mi criterio las competencias esenciales de un docente universitario del siglo XXI se asocian con su preparación académica, pero también con cualidades como innovación, creatividad, iniciativa, flexibilidad, comunicación, liderazgo, manejo de tecnología, investigación. Estamos en una era de avances continuos en el conocimiento y el docente que no se actualice y sea flexible ante los cambios que ocurren no puede ejercer como docente porque se quedará rezagado con respecto a las demandas del estudiante y del entorno para el cual está formándolo.
Fuente: Lara (2015)
En el análisis de la información recopilada en la Matríz Nº 3 es importante destacar que en todos los informantes se evidencia la necesidad de actualización como una competencia esencial del docente universitario en el siglo XXI, destacando el papel de la formación permanente como medio para atender a la diversidad de avances en el conocimiento en una era marcada por cambios constantes.
Aunado a esto, consideran señalan como competencias esenciales la investigación. el uso de la tecnología como competencias esenciales, en el caso de los informantes masculinos, mientras que los informantes femeninos enfatizan en cualidades personales como flexibilidad, adaptación al cambio, innovación, creatividad, liderazgo, comunicación, capacidad para aprender - reaprender, destacando también el manejo de la tecnología y su capacidad para investigar.
    Lo que, al triangular con la teoría, se corresponde con lo planteado por Martín y otros (2012) en cuanto a las competencias de los docentes universitarios entre las cuales destacan la competencia académica asociada al saber, dominio de la disciplina que facilitan, así como la investigativa, a la que asocian estos autores con un incremento sustancial de su espíritu crítico - autocrítico, es más objetivo en sus juicios, más flexible para aceptar los cambios provocados por los procesos renovadores e innovadores, un mayor tiempo dedicado al estudio individual. a la lectura sobre temas de interés profesional y una reafirmación de sus motivaciones profesionales como docente e investigador.
     En sus relatos es evidente la importancia que le asignan también a la competencia tecnológica la cual de acuerdo con Martin y otros (2012)  debe reflejarse en el docente universitario a través del uso pertinente de las tecnologías de información e investigación como herramientas tanto en el ejercicio de su praxis pedagógica y en su labor como investigador, tal como se observa en el gráfico 2.
Gráfico 2. Conocimientos que poseen los docentes universitarios sobre las competencias laborales en el marco del siglo XXI
Fuente: Lara (2015)

 Por otra parte, en cuanto a los referentes sociales  de las competencias laborales en el ejercicio de la función docente universitaria, se encontraron las siguientes categorías (Ver Cuadro Nº 4).





Matriz  Nº 6 Referentes sociales de las competencias laborales en el ejercicio de la función docente universitaria
Sujeto
Competencia académica
Competencia investigativa
Competencia
tecnológica
Rasgos personales
1
Saber disciplinario
Actualización permanente
Investigar para actualizarse
Uso de la tecnología como recurso de investigación y didáctico
Innovación
Comunicación
2
Conocimientos
Formación continua
Investigar para adecuarse a los cambios
Utilización de la tecnología para desarrollar investigaciones
Flexibilidad
Apertura a los cambios
3
Preparación en su área de conocimiento
Investigar para actualizarse
Inserción de la tecnología en su actividad de aula para adaptarse al dominio que demuestran sus estudiantes
Trabajo cooperativo
Comunicación
4
Capacidad de aprender y reaprender
Actualización permanente
Investigación para insertarse en nuevas áreas de conocimiento
Uso de tecnología como recurso didáctico y herramienta de investigación
Flexibilidad
Adaptación al cambio
Innovación
5
Preparación académica
Investigar para no quedarse rezagado
Uso de la tecnología para investigar
Innovación
Creatividad
Iniciativa
Flexibilidad
Comunicación
Liderazgo
Fuente: Lara (2015)

Es así como a partir de estas categorías puede señalarse que para los informantes seleccionados para esta investigación, los referentes sociales de las competencias laborales provienen del mismo entorno en el que se desenvuelven así como del contexto social en el que se encuentra inmersa su labor, indicando que estas competencias se pueden categorizar en cuatro aspectos: académico, investigativo, tecnológico y rasgos personales.
  Tales categorías, luego de triangularlas,  se corresponden con lo expresado por Martin y otros (2012) quienes asumen las competencias laborales del docente con un enfoque holístico, pues la adquisición de las competencias didáctica y académica contribuye al desarrollo de la cultural, exige de las informática-comunicativa, a la vez, impregnadas de una ética, tal como se expresa en el gráfico 3.
Gráfico 3. Referentes sociales de las competencias laborales del docente universitario. Fuente: Lara (2015)













MOMENTO V

CATEGORÍAS EMERGENTES DE ANÁLISIS QUE ORIENTEN LAS COMPETENCIAS LABORALES DEL DOCENTE UNIVERSITARIO VENEZOLANO EN EL SIGLO XXI

En este momento se referencian las categorías emergentes derivadas de la data recopilada en las entrevistas realizadas a los informantes clave, las cuales se pueden englobar en cuatro aspectos esenciales:
Competencia académica, reflejada en la formación previa, continua que es recibida por los docentes para poder ejercer el cargo  ocupado, contar con los conocimientos inherentes al área en la cual ejercen como profesores, en esta competencia debe contemplarse la inclinación a la actualización permanente así como las habilidades de aprender, reaprender para adaptarse a los cambios curriculares, a los avances en sus áreas y a las condiciones del entorno social.
Competencia investigativa, la cual se asocia con la búsqueda de nuevos conocimientos, con la orientación hacia la búsqueda de éstos por parte de sus estudiantes como medios para la actualización continua, permanente en su caso y como recurso de aprendizaje para los educandos.
Competencia tecnológica, vinculada con el dominio, utilización de las tecnologías de información y comunicación para incorporarlas a su labor como investigadores, en su actualización, también como recurso didáctico que les permita adecuar su accionar como mediadores a los avances de la tecnología, a la realidad en la que se encuentran inmersos sus estudiantes en la cual estas herramientas son cada vez de más común uso, permitiendo a estos últimos una actualización permanente en cuanto al área en la cual se están formando.
Rasgos personales: se vinculan con cualidades como iniciativa, flexibilidad, innovación, comunicación, liderazgo, adaptabilidad al cambio, trabajo cooperativo, creatividad, las cuales se requieren para afrontar los cambios académicos, curriculares, de conocimiento,  sociales, políticos, culturales y económicos que rodean al trabajo docente en el contexto de las universidades, en una era signada por la no permanencia del conocimiento y por el avance tecnológico continuo.
Los aspectos antes mencionados  deben ser considerados para poder desempeñarse en este entorno y conforman condiciones previas para  contar con las competencias académica, investigativa y tecnológica antes descritas, constituyendo junto con estos rasgos las competencias laborales del docente universitario venezolano en el siglo XXI.
       Cabe destacar que las categorías generadas, implican una revisión de las exigencias hechas al docente universitario en el ejercicio de sus funciones, por cuanto ya no basta con estar formado en un área de conocimiento, sino que ese conocimiento no puede ser inamovible, por el contrario debe renovarse, actualizarse permanentemente, ajustándose a los avances no sólo del conocimiento sino también de la tecnología como elemento dinamizador y mediador de la educación actual; caracterizado además por la inclusión permanente de la investigación como medio para el aprendizaje-reaprendizaje del docente en función de su actualización permanente para adecuar su acción a los avances, cambios actuales.
            Finalmente, el aspecto diferenciador de estas competencias está dado por los rasgos personales, los cuales lejos de basarse en una dimensión ética se orientan más a cualidades que permitan desarrollar una conducta de apertura al cambio como la requerida por el docente en la actualidad por cuanto sin ésta no podrá adecuar su funcionamiento, demostrar las competencias necesarias para la docencia universitaria en el siglo XXI dependiendo de su iniciativa, creatividad, capacidad de innovación, flexibilidad, aunado a sus habilidades comunicativas, de liderazgo, que le permitirán asumir los cambios, adecuar su desempeño a ellos a través de un proceso de aprendizaje - reaprendizaje.
















MOMENTO VI
ASPECTOS CONCLUSIVOS
Este momento de la investigación está orientado a puntualizar los hallazgos de la misma en correspondencia con  la intencionalidad de la cual se partió para su desarrollo, del discurso de los informantes reflejado en las entrevistas realizadas se evidencia un conocimiento de la temática  sobre las competencias laborales del docente universitario en el siglo XXI y significados.
De acuerdo a sus opiniones, las competencias laborales engloban aspectos conceptuales, procedimentales, actitudinales haciendo referencia a la preparación y formación que requieren no sólo como mediadores de un área de conocimiento específica sino también de las necesarias destrezas para actuar como tal,  a las cuales aluden como componente docente que les dará las habilidades pedagógicas para actuar en el entorno educativo a nivel universitario.
Encontrándose además, que este docente debe ser una persona responsable, respetuosa, honesta, que organice, planifique, evalúe, pueda manejar grupos, así como también que demuestre habilidades comunicativas, capacidad de liderazgo, sea cooperativo, con apertura a la actualización. Asimismo, en estos significados se incluyeron  aspectos como mediador, orientador, motivador,  iniciativa, con condición de ser persona, capacidad de diálogo, innovación, colaboración, accesibilidad.
En cuanto a los conocimientos sobre las competencias laborales del docente universitario en el siglo XXI, los informantes clave establecieron cuatro categorías esenciales: competencia académica, investigativa, tecnológica y rasgos personales las cuales permitan la adaptación al cambio. Destacando estos últimos como prerrequisitos para fundamentar el resto de las competencias por cuanto actúan como elementos facilitadores de éstas,  asociándose  con aspectos como flexibilidad, iniciativa, innovación indicando capacidad de adaptación que debe caracterizar a los docentes universitarios en el siglo XXI por cuanto esta es una era de cambio permanente, exigiendo a la docencia ajustarse a tales condiciones de actualización, digitalización, tecnología en continuo avance y revisión.
De igual manera señalaron como referentes sociales de estas competencias el contexto institucional y el social en donde se enmarca la labor del docente universitario, se categorizan también sus competencias laborales en los aspectos académicos, investigativos, tecnológicos y personales, lo cual reafirma estas cuatro categorías como explicativas de lo que se considera un docente universitario competente en el marco del siglo XXI.
En correspondencia con esto, surgen  las categorías establecidas que permitan asignarle una nueva dimensionalidad  a las competencias laborales del docente universitario venezolano las cuales fundamenten su accionar en esta época de cambios, transformaciones, renovación, innovación y desarrollo tecnológico, permitiendo convertirlo en un agente promotor del cambio, como condición esencial de la realidad educativa en el presente.










RECOMENDACIONES

  Las recomendaciones de la actual investigación, obran en función de señalar sugerencias para mejorar las competencias laborales del docente universitario venezolano en el marco del siglo XXI.
Considerar  las fortalezas y debilidades que posee para mejorar las competencias laborales del docente universitario venezolano en el marco del siglo XXI para dar respuesta a  los problemas que enfrenta.
Realizar un autodiagnóstico con el propósito de descubrir  y desarrollar el  talento y habilidades especiales que  posee, buscando el fortalecimiento de aquellas donde considere existen debilidades para optimizar su praxis en beneficio no sólo de los estudiantes sino de la sociedad venezolana.
Observar el desarrollo de la estructura para mejorar las competencias laborales del docente universitario venezolano en el marco del siglo XXI, a fin de poder ver cómo ser más eficaces, en el desarrollo de sus funciones andragógicas.
Promover un abordaje reflexivo sobre la realidad para poder influir sobre el desarrollo personal sustentable adquiriendo conocimientos y herramientas que les permitan asumir una actitud más proactiva ante la vida e incrementar sus niveles de motivación.
Implementar procesos supervisorios que permitan el constante monitoreo de las funciones de los actores de la institución, de manera que estas  puedan servir para orientar los fundamentos de la responsabilidad social dentro de la universidad objeto de estudio.
Capacitar a los profesores en el enfoque de la responsabilidad social universitaria y promover en las especialidades el aprendizaje basado en proyectos de carácter social, abriendo la universidad hacia la comunidad social como fuente de enseñanza significativa.
Desarrollar proyectos sociales de envergadura dentro de las distintas comunidades circunvecinas a las universidades en estudio, enmarcadas en los valores y la ética.
Fomentar la creación de talleres de aprendizaje en las facultades y mayor articulación entre las disciplinas por la necesidad de un enfoque multi e interdisciplinario para tratar los problemas sociales, y mayor articulación entre la docencia, la investigación y la proyección social.
Divulgar los resultados del presente estudio en los distintos programas de la universidad con el propósito de mejorar las debilidades encontradas para que las mismas, puedan ser corregidas y de esta manera hacer que el proceso mejore su calidad. 




















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A N E X O S





















REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL
“RAFAEL MARÍA BARALT”
VICERRECTORADO ACADÉMICO
PROGRAMA POSTGRADO
MAESTRÍA: DOCENCIA PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR








COMPETENCIAS LABORALES DEL DOCENTE UNIVERSITARIO VENEZOLANO EN EL MARCO DEL SIGLO XXI

Anexo A
Instrumento de entrevista a los profesores universitarios







         Autor: Lcda. Lisbeth Lara
Tutor: Dr. Luis González




Bachaquero,  junio 2015


Guía para las entrevistas

Informante clave: _______________________________________
Sexo: _________________________________________________
Unidad curricular: ______________________________________
Entrevista Nº ________________
Hora: _______________
Fecha: _________________

Desarrollo

1. ¿Qué significan para Ud. las competencias laborales en el ejercicio de sus funciones?
2. ¿Qué conocimientos poseen acerca de las competencias laborales que deben dominar los docentes?
3. ¿Qué tipos de competencia cree Ud. que debe dominar el profesor en el marco del siglo XXI?
4. ¿En su opinión, cuales son los referentes sociales de las competencias laborales en el ejercicio de la función docente universitaria?





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